Era sin duda, una de las finales más importantes del calendario de blanquiazules y manchegos y ninguno de los dos se van totalmente satisfechos. Desde la vuelta de la competición, los de Lucas Alcaraz han sumado tres empates en casa, pero fuera de ella han conseguido dos victorias. El Málaga debía estar atento, porque ya en los primeros minutos del encuentro Ojeda y Zozulia avisaron de sus intenciones. Ambos jugadores fueron protagonistas de las primeras acciones de peligro de los de Albacete, la primera de Ojeda se marchó desviada de la meta de Munir, en la segunda Cifu cortó con velocidad y eficiencia y el intento de Zozulia de chilena también se fue alto.

Por parte del Málaga, las ocasiones de abrir el marcador en los primeros compases del encuentro fueron pocas y estuvieron mayoritariamente protagonizadas por Juanpi. El venezolano lanzó un par de faltas bien encaminadas aunque demasiado centradas y en sendas ocasiones el guardameta Brazao consiguió despejar de puños.

Los de Pellicer no conseguían llevar el ritmo de partido que habían demostrado en los últimos encuentro. Tanto en un lado como en otro del césped, la creación de juego parecía relegada en un segundo plano, Málaga y Albacete se mostraban imprecisos, cometiendo errores en el centro del campo que unos u otros aprovechaban para salir al área rival. Cifu, que suele cobrar relevancia en las acciones ofensivas, no encontraba espacios para incidir y tampoco Tete Morente, el gaditano ha sido jugador clave en las últimas jornadas, el Albacete lo sabía y por ello lo tenían más que cubierto.

Pese a las pocas ocasiones, el Málaga se mostraba un paso por delante y tirando más a puerta que el rival. Así, en el tramo final de la primera mitad, Sadiku intentó cabecear un balón tras un centro de Juankar y Adrián, aunque en fuera de juego, trató de dar un pase en profundidad a Juankar. Mucho desgaste pero poco premio en los primeros 45 minutos.

La segunda parte comenzó con tintes similares a los de la primera. Dos equipos temerosos, incomodados por el rival y concentrados en defensa. Con el pasar de los minutos, los nervios aumentaron en el rectángulo de juego porque acabar con un punto en el bolsillo no era del todo malo pero los dos equipos necesitaban mucho más.

Y, como en jugadas precedentes, un balón a Zozulia era sinónimo de ocasión de peligro para el Albacete. En una de las más claras, el ucraniano estaba en fuera de juego aunque antes Cifu había truncado su intento. El resultado en el marcador no se movía, pero el Málaga se vio perjudicado, y mucho, en los siguientes minutos y teniendo en cuenta el próximo encuentro liguero. En poco menos de 20 minutos, tres jugadores blanquiazules recibieron cartulina: Diego González, que se perderá el choque ante el Dépor al ser la quinta, también Adrián pero lo más preocupante fue la doble amarilla para Keidi Bare. Con solo una, el canterano albanés también se convertía en baja para el encuentro ante los de Coruña, pero con la segunda dejó a sus compañeros en inferioridad numérica para la recta final del encuentro.

Las imprecisiones siguieron marcando el partido, cuando se acercaba el peligro el Málaga intentaba responder. No obstante, cuando los jugadores blanquiazules no llegaba, aparecía la Divina Providencia. En torno al minuto 74 Munir consiguió sacar una mano prodigiosa en un fortísimo disparo de Álvaro Jiménez, después un lanzamiento de Mesa se fue alto y ya en el tramo final del partido, Arroyo y Jiménez protagonizaron una triple ocasión que culminó con el esférico por encima de la portería. Antes del final, los nervios volvieron a adueñarse del encuentro, Buenacasa y Jiménez tuvieron un forcejeo y ambos vieron la cartulina amarilla.

El punto sabe a poco y el margen de error ya es nulo. Con el 0-0 en el marcador, el Málaga pierde el goalverage, pierde también a Keidi Bare y a Diego González y en unos días espera un Dépor que esta semana sí que ha conseguido sumar de tres. A los de Pellicer les queda trabajar, trabajar y sufrir.