Pasará el tiempo y 2020 será eternamente recordado como uno de los años más inestables y difíciles del siglo XXI. Lo ha sido en líneas generales, a nivel mundial, pero en la capital de la Costa del Sol y, cerrando un poco más el círculo, en la Avenida de Martiricos, los niveles de incredulidad han hecho estallar cualquier termómetro.

Hay que remontarse incluso al pasado 2019. La decepción de no haber logrado el ascenso a Primera en la primera ronda del playoff sirvió para que la afición hiciese piña con los jugadores para que en la 19/20 se volviese a remar, todos a una, para endulzar el mal sabor de boca de la eliminatoria ante el Deportivo. La renovación de Víctor Sánchez del Amo fue la primera piedra del proyecto de esta temporada... Y cuántas vueltas se ha dado en cuestión de meses.

Las primeras complicaciones no tardaron en llegar, comenzaron a hacerse patentes las tensiones entre la dirección deportiva de Caminero y Al-Thani. Se negociaron fichajes que nunca pudieron fructiferar porque el jeque tardaba y tardaba en dar el visto bueno a los jugadores. A la mala gestión inicial había que sumar las exigencias impuestas por LaLiga y que, con la temporada ya empezada, impedían que los canteranos Mula e Iván Rodríguez fuesen inscritos con ficha profesional. Tampoco pudo hacerlo José Rodríguez, que regresaba a la disciplina malaguista. Pero, sin resquicio de duda , el primer varapalo que se llevó la afición fue la imposibilidad de ver a Shinji Okazaki vestido de blanquiazul, más allá de las fotos con las que posó el día de su presentación oficial.

La ilusión de los malaguistas de que el fuese campeón de la Premier League con el Leicester de Claudio Ranieri jugase en La Rosaleda fue inmensa. En esa operación, el Málaga incluso podría haberse abierto todo un mundo de posibilidades en Asia... Pero no pudo ser y, sin disputar ni un solo minuto en partido oficial, Okazaki -y la canción que compuso Rumbamor para él- se marchó rumbo al Huesca, equipo que la próxima temporada estará en Primera División.

El destino ha sido cruel para la entidad de Martiricos durante toda la temporada y la situación extradeportiva acabó mermando a una corta plantilla que ha estado muchas semanas más pendientes de los puestos de descenso que de lo que sucedía de mitad de tabla hacia arriba.

En el terreno deportivo, el despido de Víctor Sánchez del Amo volvió a hacer tambalear los cimientos de un maltrecho equipo. El principio de su fin se fraguó en la rueda de prensa previa al partido contra el Oviedo, donde el todavía técnico madrileño cargó contra la directiva y aseguró sentirse engañado desde la pretemporada. Para Víctor, Al-Thani no había cumplido nada de lo prometido cuando acordaron su renovación. Tan solo unos días después saltó el conocido escándalo en el que Víctor protagonizaba un vídeo de carácter íntimo. La corta grabación dio la vuelta a todo el país, el madrileño denunció una extorsión y otras tantas personas fueron imputadas por compartir dicho vídeo.

Situación con la propiedad

El otro gran hecho de esta temporada ha sido la llegada de una administración judicial para gestionar el club, quitando así al jeque Al-Thani y sus hijos cualquier capacidad de decisión sobre la entidad.

La titular del Juzgado de Instrucción número 14 atendió la propuesta de querella criminal presentada por la APA contra los Al-Thani, organizó un registro policial en Martiricos que se extendió más de 12 horas y nombró a José María Muñoz máximo responsable del Málaga CF, de manera provisional.

Su trabajo se ha centrado en cuadrar las cuentas del club, eliminar gastos innecesarios como los alquileres de casas de lujo y vehículos de los Al-Thani y, junto a Manolo Gaspar, optimizar recursos para fortalecer la parcela deportiva blanquiazul.

La pandemia del coronavirus también ha afectado a las labores para tejer el Málaga CF del futuro y se acumulan las tareas de los últimos meses: hay que celebrar la junta de accionistas de este año y queda por ejecutar el ERE que afectará a 50 trabajadores del club.

El paso definitivo llegará cuando, en caso de que los Al-Thani queden definitivamente fuera el club, certificar cómo y quién se quedan con las acciones del equipo. Blue-Bay y la Asociación de Pequeños Accionistas siguen a la espera de novedades.