Una vez pasada la primera jornada oficial del mercado veraniego de fichajes parece que el Málaga CF tendrá que apurar hasta los últimos días del mismo -la fase de fichajes concluirá el 5 de octubre- para perfilar el proyecto de la 20/21. La idea de acelerar los plazos lo máximo posible para conformar con premura el grupo que vestirá la próxima campaña la elástica blanquiazul se vuelve cada vez más compleja.

Las trabas no llegan solamente desde las oficinas de Martiricos, donde todavía hay que lidiar rebajas salariales de unos y nuevos contratos para otros, como podría ser el caso de Luis Muñoz, a quien todavía no se la podido asegurar un futuro en el conjunto de Sergio PellicerSergio Pellice con ficha profesional. Las complicaciones para dar por finalizada la presente temporada y organizar la 2020/21 están siendo un lastre para todos los equipos que han disputado este curso la Segunda División.

Hay un miembro del Málaga CF que está actualmente inmerso en plena tormenta por la resolución del Deportivo-Fuenlabrada: José Rodríguez, cedido a la entidad madrileña hasta que acabe la campaña. Está previsto que regrese a la disciplina malaguista en cuando acabe este periplo.

La situación actual en la plantilla es que solo se han llevado a cabo dos movimientos, de renovación, del canterano Ismael Casas hasta 2023 y de David Lombán hasta junio del año que viene. Ni salidas ni entradas a pesar de los rumores y ofertas que se han conocido en los últimos días.

De los futbolistas que acaban contrato, la única prioridad de Manolo Gaspar es la de retener a toda costa a Luis Muñoz pero el pivote malagueños todavía no ha tomado una decisión definitiva. En Martiricos no cuentan ya ni con Sadiku, ni con Buenacasa, ni con Aarón y tampoco con Mikel Villanueva, quien según el diario As tendría una oferta en Sudamérica.

Los movimientos van llegando a cuentagotas y, en líneas generales, si pensamos en el once titular del Málaga de dentro de unos meses no hay nada asegurado. Munir tiene contrato hasta 2021, pero ya se han barajado los nombres de Koke Vegas o Cristian Rivero para la portería blanquiazul. El Espanyol está pujando fuerte por Keidi Bare, pero el Málaga quiere sacar el máximo beneficio posible por el canterano. Iván Rodríguez tiene contrato con el club hasta 2022, pero el temor a quedarse otra vez sin ficha profesional y la opción de compra que se guardó la Ponferradina en la cesión que concretó con la entidad blanquiazul el pasado invierno hacen sospechar que el canterano permanezca en la disciplina castellanoleonesa. La fecha límite para resolver la situación contractual de Iván Rodríguez es el 8 de agosto, en cuestión de días.

Luis Muñoz, Keidi Bare e Iván Rodríguez en este mercado o Ismael Casas, Hicham y Ramón durante la temporada dejan un mensaje claro en el Málaga: hay que cuidar el futuro.

La importancia de la cantera

Con el ascenso de Pellicer al primer equipo blanquiazul, el Atlético Malagueño también ha tenido que pasar por una reestructuración. La idea primordial es la de seguir consolidando un equipo filial sólido en el que puedan crecer los jugadores y que, además, siga ayudando a nutrir la primera plantilla cuando se necesite.

«El filial tiene que ser el último eslabón de la cadena, es la parte más importante. En el filial se refleja todo el trabajo de mucho tiempo que se viene haciendo. En nuestras manos está la oportunidad de que ese trabajo que se ha hecho con los jugadores años atrás se vea reflejado en le primer equipo. Es el último paso y por eso tenemos que poner nuestro esfuerzo», comentaba el técnico Francisco Funes en una entrevista a través de los canales oficiales de la entidad de Martiricos.

Acompañado siempre por su segundo, Francis Bravo, ambos destacaron que su filial tendrá mucho del que dejó Sergio Pellicer hace uno meses. «Vamos a tener la oportunidad de contar con muchos jugadores que ya estaban el año pasado. La tranquilidad que tenemos es que estamos con una de las canteras más fuertes de España».

Muchos han sido los nombres de jugadores que este año, y en los anteriores, han conseguido tener minutos en el fútbol profesional gracias a su propio esfuerzo a la organización de los técnicos blanquiazules. «Nuestro fin último es poder ayudar al primer equipo, no solo en darle jugadores, sino a nivel metodológico en todo lo que se pueda. Seguir esas líneas que puedan facilitar que cuando los jugadores suban se encuentren en un espacio natural y no tengan que adaptarse a muchos cambios. Es importante tener esa coordinación con el primer equipo y puede ser muy positivo», analizó Bravo.