El Málaga CF está aún en construcción. Ayer se mostró prácticamente como durante la recta final de la pretemporada, con bastantes imprecisiones en ataque y fragilidad defensiva en cuanto a determinados desajustes. El Tenerife no ha cerrado tampoco su plantilla, no obstante. Pero acertó en cada parte una vez para sentenciar.

El choque fue poco vistoso. Fue mejor el cuadro esta vez verdimorado en los primeros compases. El duelo sobre el tapiz del Heliodoro Rodríguez López hubiese tomado un perfil bien distinto si en la primera llegada de peligro, con Caye Quintana como rematador, los zagueros locales no hubiesen repelido el esférico. El rechace le cayó a Tete Morente, que de inicio cambió de banda, pero envió demasiado desviado su intento por alcanzar el arco de Adrián Ortolá.

El Tenerife se sacudió esa presión inicial y al alcanzarse el primer cuarto de hora ya buscó la réplica. El lateral Carlos Pomares, reconvertido en extremo, recibió un balón en la corona del área y consiguió revolverse para rematar fuera por muy poco. A partir de ahí el cuadro canario mantuvo la posición, aunque sin inquietar demasiado los dominios de Dani Barrio.

Con un Benkhemassa voluntarioso y un Cristian Rodríguez cada vez más presente, a los locales les costaba encontrar la profundidad necesaria. Pero tampoco pasaban apuros porque los malaguistas no hallaban fórmulas para buscar en ataque a Yanis o a Caye Quintana, dos de los refuerzos a falta de que Orlando Sá hubiese salido de inicio. El jugador portugués, inscrito oficialmente por LaLiga sólo unas horas antes del comienzo, no entraría hasta la segunda mitad y ya con el marcador de 2-0 en contra.

Para Sergio Pellicer queda mucho por construir, al margen de lo que aún pueda llegar en los próximos días o semanas. Ya pidió en la previa unidad ante una temporada que se plantea bastante difícil. Y la prueba es que ayer ya tocó sufrir. A falta de tres minutos para el descanso vino un primer revés. De esos que duelen porque el equipo había logrado cerrar sus filas con acierto hasta ese minuto 42. El capitán del conjunto insular, Suso, se encontró prácticamente solo en el área, asistido por Javier Alonso, y no falló al perforar por bajo la portería defendida por Dani Barrio.

Apenas hubo tiempo para reaccionar. Al contrario, los locales tomaron los tiempos en lo poco que quedaba para la finalización de la primera mitad y en esas vio la primera cartulina amarilla en las filas malaguistas Tete Morente, por entonces ya situado en la banda diestra con la que tantas tardes ha desbordado a sus rivales.

Tras la reanudación y sin cambios en ninguna de las dos filas el encuentro volvió a no tener un dominador claro. Quizás lo que cambiaría el curso definitivamente de este duelo sería la lesión muscular que mostró a los pocos minutos el autor del primer gol. Pidió la sustitución el propio Suso y dio paso a Jacobo, a la postre autor de la segunda y definitiva diana. De nuevo en una acción puntual, con desajustes groseros, el nigeriano Emmanuel Apeh conectó con el recién incorporado para allanar esta primera victoria chicharrera.

Quedaba más de media hora en el electrónico. Hubo claras ocasiones en este tramo para Tete o Juande, pero la sensación de ese quiero y no puedo se adueñó de un Málaga al que no le ayudaría el carrusel posterior de cambios. Lo mejor, ver en acción a los juveniles Larrubia e Issa Fomba, que entraron por Cristian y Yanis, respectivamente.