Unos pueden llamarlo suerte, otros pensarán en la meritocracia. "En mi vida me había imaginado meter un gol con el primer equipo. He buscado el segundo palo, y con suerte ha entrado. Ha sido un poco de fortuna", reconocía el protagonista después del partido. El gol de Ramón Enríquez ante el Castellón es, ante todo, una obra de arte de las que se ven poco en los terrenos de juego. Cobra más importancia si cabe por el quién, además de por el cómo. El fino toque exterior de Ramón es el disparo de un chaval de 19 años que se formó en la cantera malaguista. Ni en sus mejores sueños entraba estrenarse de tal manera.

El Málaga salió a Castalia con dos jugadores nacidos en 2001. Uno es Ismael Casas y es el capitán elegido por Pellicer en todo este tumulto de vaivenes extradeportivos, inscripciones y salidas repentinas. El otro estrenaba titularidad esta temporada poblando el centro del campo. En el minuto 18, Ramón robó un balón en banda izquierda y él mismo, queriendo o sin querer, suerte o mérito, la clavó en la escuadra de Whalley. A tres dedos, una maravilla.

Las reacciones de la afición tuvieron que ser por las redes sociales. Incrédulo el malaguismo, gozó con la obra y aplaudió la celebración del jugador. Porque fue casi mejor que el gol. El granadino acababa de marcar su primer tanto-y el primero del Málaga en la temporada-, se besó el escudo y se llevó las manos a la cara. Emocionado, se dejó caer el césped mientras sus compañeros lo felicitaban, lo zarandeaban. La ilusión de un adolescente que le ha dado los tres puntos a su equipo.

Ramón, natural del pueblo granadino de Órgiva y forjado en el filial malaguista desde los 12 años, decía el verano pasado: "Hacer la pretemporada con el primer equipo ya es un sueño. Ojalá un día pueda estar en la primera plantilla del Málaga". Dicho y hecho. El año anterior fue convocado con la Selección sub-19 y tuvo minutos en cuatro partidos de LaLiga Smartbank, en dos como titular. Tuvo que ser Castalia, un mítico estadio del fútbol de plata, y en su tercera titularidad, el premio le vino de forma estelar. La Academia malaguista sigue dando destellos, una vez más.