En el entorno de un club como el Málaga, cualquier motivo es suficiente para la ilusión. Son muchos los palos en los últimos años, muchas las decepciones en los despachos y los ridículos en la planificación. Hay en todo ese ambiente la duda de si habrá un equipo competitivo, al menos si lo será más que el año anterior. No le vendría nada mal a los corazones de la afición blanquiazul, abonada al sufrimiento. Con todo ese contexto de preguntas y giros inesperados, siempre quedará el comodín de la cantera. No finjan sorpresa. Los chavales están tirando, una vez más, del barco de Pellicer. Y de momento ya han dado como fruto tres puntos de oro en Castalia.

Es en las pretemporadas donde la mayoría de equipos prueban, testan, dan oportunidad a los chicos del filial para verlos en acción, pero en el Málaga hace tiempo que no son simples complementos. A la vista está. En los dos primeros partidos de LaLiga Smartbank, el capitán escogido a dedo por Pellicer ha sido -y será, hasta que el 5 de octubre se cierre la plantilla y el vestuario elija los capitanes por votación- el joven Ismael Casas. El mismo que salió con la primera indumentaria blanquiazul en la presentación de las nuevas camisetas en La Alcazaba, el mismo que le peleó el puesto a Cifu no hace tanto tiempo. Pellicer le ha premiado con lo simbólico de llevar el brazalete y ya es el más joven de la historia del club en portarlo. «Lo he decidido porque lo conozco desde hace tiempo. Ha sido una decisión personal, es un chico que me transmite los valores que queremos de actitud y entrega», llegó a reconocer el técnico castellonense en una de sus comparecencias. El de Linares llegó a territorio malagueño con 12 años, y a sus 19 ya es un fijo en el once. Manolo Gaspar propició su renovación y tiene contrato hasta 2023, aún con ficha del filial. Proyecto de presente y futuro.

Ramón sueña despierto

El Nou Castalia estaba vacío, lástima. No pudo verse ninguna cara de alucinación en las gradas, de esas que salen en El Día Después, con el gol que consiguió Ramón Enríquez. El disparo aún parece inverosímil viéndolo repetido, y todavía sigue produciendo admiración a la afición malaguista por su manera de celebrarlo. Fue la inocencia de un niño. la incredulidad de lo que acababa de hacer y la felicidad de lo que significaba. Primer gol como profesional, primer tanto del Málaga esta temporada y canjeable por el primer triunfo fuera de casa, donde más trabajo cuesta y más se valoran los puntos. El día redondo para otro chico nacido en 2001 y forjado en las bases del Málaga. «En la vida he imaginado que iba a marcar con el primer equipo. La he robado y he buscado el segundo palo con el exterior, y por suerte he metido el gol. Ha sido un poco de fortuna», son las palabras que le salieron en la entrevista a pie de campo tras el encuentro. Lo suyo va más allá de un golazo por la escuadra. Es el deseo de un canterano, a lo que aspiran todos los que pretenden llegar al primer equipo. Esto decía el verano de 2019, cuando Víctor Sánchez del Amo lo sumó a la pretemporada: «Hacer la pretemporada con el primer equipo ya es un sueño. Ojalá un día pueda estar en la primera plantilla del Málaga». Su deseo se convirtió en un hecho, del que muchos que vienen desde abajo pueden acoger como lección. El trabajo da frutos cuando las oportunidades se aprovechan.

La Generación Z del Málaga asume galones en el campo. A Ismael y Ramón se unen Larrubia, Issa Fomba, Cristo, Benítez, Juande, Hicham, Mini, Gonzalo, Quintana, Eugenio, Julio y Hoyos. Nombres cada vez más escuchados, porque la malagueña es de las fábricas más fructíferas del universo fútbol.

Antoñín y Ontiveros son los últimos talentos de la casa en dejar dinero en las arcas del club y probar en Primera. En la memoria siguen Samu Castillejo, Brahim Díaz, Pablo Fornals, Juanmi, Portillo, En-Nesyri, Recio, Samu García... Una larga lista que verifica la importancia de las categorías inferiores.

Ahora, que la necesidad apremia en un equipo en plena construcción, el impulso de la juventud es lo más valioso para seguir remontando el vuelo. De momento, los rookies gozan de la confianza que ellos mismos se han ganado. Bienvenidas y bienvenidos al Málaga de los que quieren estar.