Sobre la bocina y apurando, el Málaga pudo concretar al último hombre. A las 00:10 el club hizo oficial la cesión del extremo malagueño Joaquín Muñoz, que jugará de blanquiazul durante la presente temporada. Llega procedente del SD Huesca, donde era una pieza de segunda línea que no iba a tener demasiado protagonismo con Míchel Sánchez en el banquillo.

Joaquín siempre fue la otra opción, más alcanzable en cuanto a términos del contrato, que la cesión de Cristo. El malagueño estaba dispuesto a renunciar a la Primera División para tener minutos y ser importante en la categoría de plata con el Málaga. Quería venir y lo dejó claro desde el principio.

A sus 21 años y perjudicado por la llegada vía cesión de Ontiveros al equipo oscense, el club le abrió las puertas para que buscara nuevos horizontes y Manolo Gaspar, tras días de mucho movimiento en las oficinas, consiguió llegar a un acuerdo sobre la bocina. Era el mejor colocado para cubrir las necesidades que busca Pellicer, un jugador de banda izquierda polivalente, capaz de actuar también a banda cambiada. Tuvo minutos en las tres primeras jornadas de LaLiga Santander con el Huesca (un total de 38), aunque siempre como revulsivo en los últimos instantes de partido. Como apunte, Joaquín militó en las filas de La Unidad (2005-06) y el Puerto Malagueño (2006-15) a nivel provincial, antes de dar el salto a la cantera del Atlético de Madrid.

Cronología del cierre

El día definitivo del cierre de mercado se prolongó hasta última hora en Martiricos. Los nombres ya puestos sobre la mesa no terminaban de cerrarse y durante horas la veleta fue cambiando de dirección. La incertidumbre fue creciente mientras la duda de la dichosa ficha 18 se dejaba para el final. LaLiga no permitió a la entidad la posibilidad de contar con una ficha más para contratar a otro jugador, así que el Málaga supo con tiempo que solo uno sería el elegido para ocupar esa plaza vacante.

El primero en caerse de la lista fue el delantero tinerfeño Cristo González. Su llegada comenzó a esfumarse en la mañana del lunes, cuando se supo que el Udinese, con Gino Pozzo a la cabeza, no estaba dispuesto a ceder al jugador al Málaga. El hecho de poder pagar solo 80.000 euros de su ficha no sedujo nada al dueño del club italiano, así que Cristo tuvo que buscar otras opciones y, pese a sonar para el PAOK griego, no se concretó nada finalmente.

Otro actor en la escena, aunque algo más lejano, era Mamadou Sylla, delantero de potente físico que pertenecía al Gante. Sus posibilidades también acabaron esfumándose, a pesar de que es un jugador que asomó en el mercado hace ya varias semanas. En el último tramo de la noche fue cuando surgió un nuevo nombre que barajó el Málaga: el argentino Pablo de Blasis.

Como pudo confirmar La Opinión de Málaga, hubo contactos con el argentino ex del Eibar. De Blasis jugó la temporada pasada en Ipurúa mayormente ocupando las bandas, tanto en la izquierda como derecha. A sus 32 años era un perfil de mayor experiencia que los jugadores anteriormente sondeados por Gaspar. La opción estuvo latente durante unas horas, pero al final todo se resolvió con la firma de Joaquín.

La foto final del equipo queda, como mínimo, bastante más completa y llena de variantes que la del pasado año. Una treintena larga de operaciones, sobre todo del mérito de las salidas y el complejo ERE que implicó a 8 jugadores, demuestran la versatilidad del equipo de Manolo Gaspar para hacer auténticos malabarismos. El poco margen salarial del club obligaba a trabajar mucho y bien en La Cueva. Y el resultado parece óptimo.

Juande, la ficha número 17

Durante la tarde de ayer también se confirmó uno de los deberes que aún quedaban por hacerse en las oficinas de Manolo Gaspar. El defensa Juande ya es oficialmente jugador del primer equipo, completando así la decimoséptima ficha del Málaga. El jugador firmó meses atrás una prolongación de su contrato hasta 2023 y solo quedaba hacerle profesional.

El cordobés portará en su espalda el dorsal 5, el mismo que llevarían míticos jugadores del club como Viberti, Demichelis, Luque o Roteta. Este número lo hereda de Lombán, uno de los supervivientes del ERE, que pasa a llevar el 4. Con la suma de Juande al grupo de jugadores profesionales ya queda cerrada la plantilla. A partir de ya, Sergio Pellicer puede dedicarse a dar sentido y forma a un grupo de jugadores que aspiran a luchar por algo más ambicioso que la permanencia en Segunda.