Capitán nuevo, equipo nuevo, ilusión intacta, rival de categoría y necesidad de arreglar el destrozo de Vallecas. En el verde, 90 minutos para olvidarse de lo externo, ahora sí, plantilla confeccionada, el nuevo Málaga de Pellicer se tenía que centrar en ganar, puntuar, ganar y volver a puntuar. Está vez se puntuó, con la sensación de dejar escapar 2 puntos por jugar contra un equipo que tuvo un expulsado en la primera mitad. O también con la de haberlo perdido, porque el peligro lo puso más Las Palmas que el Málaga. No fue lo deseado, lo mires por el lado que lo mires.

La afición respiraba aire puro después de mucha contaminación extradeportiva. El Málaga sabía de la dificultad de vencer a Pepe Mel, pocos entrenadores como él hay en Segunda. En Vallecas hubo resbalón defensivo, pero lo de este partido confirma la extrema preocupación por una faceta que tiene que cambiar ya: El Málaga necesita generar más gol, porque sin eso nada tiene sentido. Dos goles en cinco partidos. Preocupante.

La primera parte fue de esas que si coincide con un Nadal-Djokovic de Rolanda Garros uno insta a cambiar de canal. Sin ritmo ni amenazas en ambas porterías, el Málaga intentaba tener el balón y era Las Palmas el que propuso algo más en la finalización. La banda de Ismael fue la zona donde el conjunto canario buscó las opciones para dañar al Málaga, sobre todo en las botas de Pejiño, el mejor de los primeros 45.

Dubitativo e impreciso, el conjunto blanquiazul se permitió hasta jugar con fuego. A puntito de causar algún infarto estuvieron Mejías y sus cesiones a Dani Barrio. Escassi avisó en el minuto 6 con un remate de cabeza, hubo posible penalti por mano en área canaria y Caye la tuvo, pero en fuera de juego. "Tenemos que generar más en ataque", insistía Pellicer días atrás. Ni rastro de la dinamita necesaria. El balón parado era el único camino, aunque no el correcto.

El resumen del partido

Así fue como el central Ayhtami avisó a Barrio en el 28' con un remate que fue lo más reseñable del acto primero. Pero esto es fútbol y nuca lo ves venir: un balón llovido Caye lo protegió, fue agarrado y vino el regalo. El árbitro le enseñó la roja a Álex Suárez. Los de Pepe Mel se quedaron con diez en el minuto 41, un disgusto que le vino al Málaga como agua en el desierto.

Para meter marcha entraron Calero, Jozabed, y Chavarría al reinicio del encuentro. Pellicer tenía que aprovechar la ventaja numérica en el campo, pero el impulso dejó que desear. Lo de tener uno menos no parecía lamentarlo la Unión Deportiva, que superó a los malacitanos en ocasiones. Primero un gol en fuera de juego. Luego, Kirian probando los reflejos de un gran Dani Barrio bajo palos. Al final, con un centro chut al que no llegó Ayhtami por poco. No hubo gol por los pelos... y gracias.

Jozabed lo intento con las dos más claras para el Málaga, rozando el palo a 15 minutos del final y tirándola al muñeco en el 80'. En esas, la valentía de Pepe Mel en poner dos delanteros para ir a por el partido casi le sale a la perfección. El Málaga, fundido y sin ideas cuerdas, acabó ahogándose en su propia ansia e impotencia por querer y no poder. Ni Larrubia ni Julio ayudaron a cambiarlo. Se rascó y no hubo premio, porque se rascó poco, insuficiente. El primer empate para los de Pellicer en un partido con poco atractivo y una pequeña dosis de sobresalto. Al menos, se suma.