Más allá de todas las conclusiones positivas que se han podido sacar en los últimos meses en Martiricos, el equipo blanquiazul sigue arrastrando en el terreno de juego problemas que ya se han visto en temporadas anteriores.

Sí, Manolo Gaspar ha logrado estirar el limitado chicle presupuestario todo lo posibles y más hasta poder conformar una plantilla nutrida y con profesionales de calidad. Eso sí, advirtió que el objetivo del equipo este año es salvar la categoría, además de seguir arreglando el desaguisado institucional en el que lleva meses sumergida la entidad.

Y sí, el equipo es nuevo casi en su totalidad, salvando a Lombán, Benkhemassa, Luis Muñoz y el resto de canteranos, el grupo está resurgiendo desde cero, no ha tenido una pretemporada real en la que comenzar a trabajar en conjunto y se nota. Pero por las características y la calidad de muchos de los miembros de la plantilla, el equipo a priori debería ser más resolutivo y eficiente en los últimos metros del campo de lo que por ahora está demostrando.

El balance ofensivo de estos primeros cinco partidos no es del todo satisfactorio: solo en dos ocasiones el Málaga ha logrado batir la portería rival, Ramón Enríquez marcó ante el Castellón y Cristian Rodríguez frente al Alcorcón. Hasta la fecha, solo el Albacete tiene peores números en ataque que el plantel costasoleño. Una cifra mayor es la de los tantos recibidos, que ascienden hasta seis y en gran medida por la goleada que sufrieron los boquerones en Vallecas.

A partir de la creación de juego empiezan los mayores problemas de Pellicas, si desde el dentro del campo no se genera acción, con velocidad y verticalidad, conseguir acciones peligrosas en los últimos metros se reduce demasiado.Incluso en el último choque frente a la UD Las Palmas jugando con un hombre más en el verde, el Málaga no fue capaz de penetrar con contundencia en el área canaria.

Aunque poco a poco se ven brotes verdes y signos de crecimiento en el rectángulo de juego, a Pellicer le quedan varias semanas de pizarra y táctica en los entrenamientos para que el equipo llegue al rendimiento esperado. Lo que queda claro desde el primer momento e innegociable es el «ADN malaguista» que en varias ocasiones ha comentado el técnico de Castellón o el propio director deportivo.

Una vez eche a rodar el potencial ofensivo que realmente tiene el Málaga CF, el equipo podrá materializar mejores resultados. No obstante, las actuaciones de este arranque de curso dejan a los blanquiazules en una zona cómoda, todavía alejada del peligro. Esto solo es el principio pero, bajo la premisa de la humildad y el trabajo, lo natural sería que el equipo experimente una mejora considerable.

Lo bueno es que las líneas defensivas -salvando el encuentro en Vallecas-, ha dejado la portería a cero en tres ocasiones: Castellón, Alcorcón y Las Palmas. Dani Barrio rinde y Juan Soriano es un muy buen recambio.

Próxima parada: Zaragoza

Del próximo rival engaña su posición en clasificación. Pese a estar en la parte media-baja de la tabla con cinco puntos, hay que recordar que el Zaragoza comenzó el curso unas semanas después que la mayoría de clubes al haber disputado la fase de ascenso a la máxima categoría. De esta manera, en sus tres primeros encuentros ha logrado un empate ante Las Palmas y una victoria frente al Albacete. Además, el resultado del encuentro que finalizó 0-0 ante el Alcorcón aún está el aire después de que el conjunto madrileño cometiese alineación indebida.

El conjunto maño, además de ser siempre es un hueso duro de roer, este curso tiene en sus filas al excapitán blanquiazul, Adrián González. Un aliciente extra.