Obligados por la pandemia y aunque la mayoría de ellos ya habían debutado, el Málaga ha querido cerrar el círculo del mercado estival con un acto histórico. 14 de los 15 jugadores que han firmado este verano, comandados por el hombre que los trajo, Manolo Gaspar, se vistieron de corto para protagonizar una espectacular sesión de fotos que simboliza todo el trabajo de reestructuración de la entidad. De golpe, los nuevos más Luis Muñoz han puesto imagen y voz a una nueva etapa.

A excepción de Matos, ausente por asuntos personales, estuvieron presentes todas las incorporaciones del mercado estival: Orlando Sá, Escassi, Cristian, Dani Barrio, Iván Calero, Yanis Rahmani, Juan Soriano, Caye Quintana, Jozabed, Jairo Samperio, Mejías, Joaquín Muñoz, Chavarría y, por supuesto, Luis Muñoz. Todos hicieron declaraciones coincidiendo en una premisa que se repite constantemente en el vestuario: «Primero a conseguir los 50 puntos y luego, soñar es gratis». El «partido a partido» y la permanencia son lema y objetivo tatuados a fuego en la plantilla.

Cada una de las incorporaciones contó desde su experiencia cómo vivieron las negociaciones para la firma del contrato y qué sintieron al pertenecer al Málaga. Todos coinciden en que no dudaron en venir aquí y que Manolo Gaspar lo puso todo más sencillo. Siendo casi todos jugadores sin demasiados minutos en sus anteriores equipos, lastrados por alguna lesión larga en el pasado (como Samperio) o perfiles que buscan «reencontrarse», como indica Jozabed, el Málaga es para todos ellos una gran oportunidad para mostrar la mejor versión de su fútbol.

«He venido aquí con una idea muy clara, recuperar mi mejor nivel. Me gustaría ser importante», apuntó Samperio. «Quiero mejorar y madurar», indicó Luis Muñoz. Chavarría trabaja para «ponerse bien físicamente» y «ser útil al equipo» Rahmani insiste en que su calidad individual acabará llegando. Cristian, por su parte busca «disfrutar del grupo y crecer lo máximo posible». Escassi, feliz por su vuelta a casa, desea que las lesiones le respeten y no caer en la irregularidad. El único que falta por debutar es Joaquín Muñoz, que está loco por vestir la blanquiazul: «Es una espina que tenía clavada».

Todos rehúsan mencionar la palabra ascenso, término con demasiado peso para un equipo hecho desde cero. «Nuestro objetivo es la permanencia, los 50 puntos», parecen repetir casi al unísono. Es lo que interiorizan con Pellicer en una competición como Segunda. «Tenemos que adquirir la mentalidad ganadora», dice Orlando Sá. Con ese ingrediente, todo es posible.