Siete jornadas después, y tras haber sufrido de lo lindo ante un rival muy competitivo como el Sporting de Gijón, Pellicer parece haber dado con la tecla. Después de haber tenido una pretemporada casi inexistente en la que los numerosos nuevos jugadores se incorporaban con el curso empezado, ahora el conjunto blanquiazul tiene 13 puntos en la saca de 21 posibles y deja buenas sensaciones en el verde.

El técnico de Nules sigue amasando al equipo y, pese a los detractores, la línea de cinco jugadores organizada por el entrenador está dando resultado. En esta ocasión, con estos futbolistas, no se convierte en sinónimo de juego aburrido y concentrado en apuntalar los primeros metros «aparcando el autobús» frente a la portería. En este Málaga, los carrileros y extremos aportan orden, velocidad y verticalidad, virtudes que a la postre resultan determinantes para la salida de balón y la creación de jugadas de peligro. El conjunto de Martiricos está tomando un rol ofensivo como hacía tiempo no se vía. El equipo tiene pegada, ejerce una presión alta y además centra con precisión espasmosa. Caye Quintana está cada vez más cómodo en el césped y su descaro marca un punto de inflexión en fase ofensiva, los minutos también le sientan bien Chavarría y a Yanis, omnipresente ante el Sporting y consolidándose como un perfecto asistente de gol, solo le falta batir la portería rival para completar una evolución perfecta en el poco tiempo que lleva en la Costa del Sol.

Aunque sin duda, hay un par de jugadores del plantel malaguista que están también en plena explosión: Juande defiende y marca goles, pero Ramón Enríquez... la progresión de Ramón es digna de mención. La conducción del esférico del canterano es una de las mejores noticias en el Málaga. Con seguridad, el mediocentro se asocia con Luis Muñoz para aportar un extra de profundidad a las acciones malaguistas.

¿El resultado? Otra jornada durmiendo en playoff, esta vez a solo tres puntos del líder en solitario de la categoría y con una Rosaleda que hasta vacía es un fortín. Es el momento de aprovechar la racha y sentar bases para lograr lo antes posible el objetivo de la permanecía. Después, solo el futuro sabe qué ocurrirá.

Próxima jornada sin descanso

El conjunto malacitano no tiene tregua en estos días y el carrusel de cinco partidos en poco más de dos semanas sigue su curso. Así, tan solo unas horas después de haber jugado en La Rosaleda, mañana mismo volverá a rodar la pelota en el feudo blanquiazul para recibir al Mirandés, undécimo en la clasificación con cuatro puntos menos que los de Pellicer.

En el día de ayer, el club costasoleño realizó una sesión de entrenamiento que se dividió entre las labores de recuperación para los que salieron titulares el jueves ante el Sporting y la de compensación para los que tuvieron menos protagonismo en el terreno de juego. En esta segunda lista estaban Juan Soriano y los guardametas del filial, Benkhemassa, Cristian, Lombán, Orlando Sá, Jairo, Jozabed, y Matos de la primera plantilla. Este último regresó al trabajo grupal después de acusar unas leves dolencias musculares que lo apartaron del resto de sus compañeros unos días y que provocó que saltasen las alarmas en Martiricos. Afortunadamente, todo ha quedado en un susto. La Academia también estuvo representada con Larrubia, Cristo, Quintana, Julio y Eu.

Los que siguen entrenando al margen para recuperarse de sus respectivas dolencias físicas siguen siendo Joaquín Muñoz, Ismael Casas, Hicham y Juan Cruz.

La hoja de ruta para las próximas horas pasa por el último entrenamiento previo al choque de mañana, en sesión vespertina, antes que la Segunda División vuelva a levantar el telón.