El malaguismo está en una nube de la que no quiere bajarse. Después de tantos sinsabores, tantas complicaciones dentro y fuera del terreno de juego, este arranque de temporada -con una plantilla que poco tiene que ver con la que acabó el curso el pasado verano- está siendo bastante satisfactorio. Aún así, la humildad que caracteriza a Sergio Pellicer y su cuerpo técnico aporta el punto justo y necesario de realidad para que nadie se confíe ni se duerma en los laureles. La competición no ha hecho más que empezar y el camino será duro.

«Las victorias y las derrotan duran 24 horas», comentaba ayer mismo el técnico blanquiazul en la rueda de prensa previa al encuentro de esta tarde (20:30 horas). Con los pies en el suelo y mucho trabajo de por medio, el conjunto malacitano afronta hoy el tercer encuentro en una semana. La exigencia de la Segunda División es de sobra conocida por todos, pero este año se aprieta aún más si cabe debido a los estragos y desajustes causados por la pandemia del coronavirus.

En lo estrictamente deportivo, el Málaga regresa a su feudo tan solo unos días después de sudar y sufrir para sumar tres puntos ante el Sporting de Gijón. Y el partido de hoy será igualmente duro. Tal y como avisó Pellicer, este Mirandés será un complicado adversario que ha ganado ya varios encuentros fuera de casa y han perdido solo ante el Espanyol, líder de la categoría. Pese a ser un equipo renovado, incluido el entrenador, Sergio Pellicer ve al rival como un conjunto «muy dinámico en ataque, que empezó muy bien, que está en construcción y que tiene mucha hambre e ilusión». Curiosamente, estas son características muy similares a las del Málaga CF, con una plantilla joven, trabajada y con hambre a la que no le importa arriesgar en el terreno de juego.

En este torneo es muy fácil tropezar inesperadamente con alguna piedra en el largo camino de 42 jornadas, pero sin duda un nuevo resultado positivo se convertiría en la consagración de este nuevo Málaga CF, dejando atrás a aquel conjunto que en ocasiones parecía moverse por el rectángulo de juego sin ideas y con dudoso compromiso.

Los nuevos se ven cada vez más cómodos entre ellos, ya se conocen mejor fuera y sobre todo dentro del verde. Se concentran, se conectan, se buscan entre ellos y se encuentran para que el Málaga pueda crear mejor fútbol, mejores ocasiones y rentabilizar los, por ahora, pocos goles. Todo esto sin olvidar a los miembros de La Academia, algunos profesionales como Luis Muñoz y Juande, con mención especial al incombustible Ramón Enríquez.

El objetivo sigue siendo la permanencia, a partir de ahí se verá, pero los de Pellicer están llamados a superar las cifras de la pasada campaña -algunas ya se han mejorado- para así llegar a cumplir el reto antes de que el calendario empiece su cuenta atrás y los nervios afloren.

Última hora deportiva

Uno de los jugadores que en los últimos días ha dado un pequeño susto ha sido Matos, pero ayer y anteayer entrenó con normalidad con el grupo y podrá estar disponible esta noche. El resto de la enfermería sigue como en las últimas semanas, ocupada por Joaquín Muñoz, Ismael Casas, Hicham y Juan Cruz. Los cuatro siguen en proceso de recuperación de sus respectivas lesiones. Salvo sorpresa de ultimísima hora, el resto de jugadores del plantel están sanos y son totalmente aptos para vestir la elástica malaguista frente al Mirandés.