Lo que hasta hace unos años era un duelo habitual en la máxima categoría española, ahora se ha convertido en un enfrentamiento desigual entre un aspirante a volver inmediatamente a Primera y otro cuyo principal objetivo es la permanencia en Segunda. Solo con mirar el valor de una y otra plantilla y los presupuestos se hace tangible la diferencia entre el Málaga de Pellicer y el conjunto perico.

Tal y como era de esperar, el Espanyol saltó al verde de Martiricos hiperactivo, atacando desde bien temprano para reafirmar quién es el líder en la clasificación. Y quizá demasiado pronto, no habían pasado ni cinco minutos de juego, cuando Raúl de Tomás a pase de Melendo puso a Dani Barrio contra las cuerdas. Tan solo unos instantes después, otra vez RDT fue protagonista de la acción del 0-1. El delantero aprovechó un pase en largo para galopar hacia territorio malaguista, la defensa blanquiazul no se lo esperó y Embarba siguió corriendo hasta encarar la portería local y batir la red. Acertó Dani Barrio la trayectoria, pero poco pudo hacer en el misil lanzado por extremo madrileño.

Pese al gol tempranero, el Málaga ni se desmoralizó ni bajó los brazos. Chavarría respondió al 0-1 con un disparo que se le marchó alto y en desde el centro del campo tanto Ramón Enríquez como Calero comenzaban a ganar metros. Tampoco se rendía Yanis, activo desde su banda e intentando dar trabajo a Diego López, pero le seguía costando ser del todo efectivo. Los nervios por terminar las jugadas lastran las acciones del extremo franco-argelino.

La cara negativa de la moneda la pusieron Matos, superado por el vendaval perico y Jozabed, al que aún le cuesta ubicarse en la fase ofensiva ideada por Pellicer.

Al término de la primera mitad, y teniendo en cuenta que un gol de RDT no subió al marcador por fuera de juego y que después Dani Barrio realizó dos paradas fundamentales para salvar la portería, el resultado no era tan catastrófico.

Pero en la segunda mitad, los de Vicente moreno necesitaron solo seis minutos para sentenciar el encuentro. La conexión entre Raúl de Tomás y Embarba, sumada a las desconexiones de los jugadores defensivos del Málaga, transformaron en imposible la ya complicada misión de sacar algún punto de la visita del Espanyol a Martiricos.

Primero fue RDT, aprovechando el centro de Embarba, se levantó para batir de cabeza el poste izquierdo de Dani Barrio. Después, de asistente a goleador, Embarba firmó su doblete particular con un remate con la diestra. El 0-3 ya se postulaba como el posible resultado final del encuentro.

El problema en las filas blanquiazules es que, pese a la indudable superioridad del rival y las buenas intenciones de no perderse en el partido, la defensa hizo aguas y quedó totalmente descosida. Al mérito de los pericos había también que sumar el demérito malaguistas en tareas defensivas. Unos errores que poco concuerdan con el dibujo de Pellicer y su línea de cinco zagueros atrás.

Sí, el Espanyol es firme candidato al ascenso. Sí, también el Mallorca llegaba en racha y presumiblemente estará a finales de temporada en la parte alta de la tabla. Pero lo que no se le puede perdonar al plantel costasoleño es llevar las últimas jornadas cayendo en los mismos errores, fallos que cuestan puntos de esos que a la larga son recordado con dolor.. Tras la racha positiva, en la montaña rusa de Segunda División ahora el Málaga suma tres partidos sin ganar (un empate y dos derrotas). Solo queda trabajar, trabajar y seguir trabajando para que el puzzle encaje y los errores se conviertan en lecciones aprendidas y ejecutadas. No queda otra. Próxima parada: Sabadell.