El Málaga ganó en Sabadell y fulminó los fantasmas de Mallorca y Espanyol de un golpe. El cabezazo de Chavarría, pichichi con tres goles y una asistencia, marcó el camino de la victoria. Ahora que las cosas se tratan mejor desde el bienestar del triunfo, saquemos la calculadora. El Málaga lleva 17 puntos de 33 posibles, ni tan mal para ser un equipo reestructurado al cien por cien. Lo hubiera firmado cualquiera.

Más allá de ese número 17 hay una lectura. De los famosos 50 puntos que el club se marca como humilde objetivo ya se ha conseguido un tercio. Cuando llevamos tan solo un cuarto de competición. O lo que es lo mismo, quedan 31 partidos por disputarse en los que hay 93 puntos en juego. De esos 93, al Málaga le bastaría con sumar 33 puntos. Números, muchos números. Pero la traducción es clara: el equipo va en dinámica de quitarse cuanto antes el deber de la permanencia y una vez conseguido, a mirar hacia arriba.

El inicio del conjunto costasoleño es infinitamente mejor que el de la temporada pasada. Aunque no sea del todo adecuado comparar años en que hay notables diferencias en la gestión, lo cierto es que el quid de la cuestión en su base es el mismo. El Málaga es un equipo con recursos limitados. Presupuesto más saneado, mejor plantilla, menos bullicio extradeportivo, sí, pero con complejo de equipo en reconstrucción.

Por ello, decir que los 17 puntos de este año dan para pensar más a lo grande que los 8 puntos a estas alturas de la pasada campaña (en puestos de descenso, por supuesto). Incluso Pellicer es consciente de que los datos reflejan otro ambiente diferente: «El año pasado acabamos la primera vuelta con 22 puntos. Y mira lo que nos queda aún», decía tras el último partido.

Yendo a mayor profundidad para valorar todavía más este pistoletazo de salida, uno se fija en los rivales que el Málaga ha tenido en frente. En este primer tramo de 11 jornadas el Málaga ha jugado con Espanyol, Mallorca y Sporting, el Top-3 de la Liga, y se ha topado con equipos siempre en las quinielas como el Rayo Vallecano o el Zaragoza. A Sporting y a zaragocistas se consiguió ganarles. Próximamente toca la Ponferradina, afianzada en zona alta como grata sorpresa, el recién descendido Leganés y un siempre correoso Girona en Montilivi. No ha sido baladí, son 17 puntos valiosísimos para no dejarlo todo para el final. La dichosa permanencia.

Ganando 11 partidos de los 31 que quedan se hacen los deberes. Por el momento han sido 5 victorias en 11 encuentros, casi la mitad de ellos traducidos en tres puntos. Sufriendo y por la mínima. Pero en esto de la división de plata las goleadas son para superequipos como el Espanyol o para ocasiones especiales con anarquías en el marcador. El Málaga, sin ir más lejos, lo ha sufrido en sus carnes: 4-0 ante el Rayo, 3-1 en Son Moix y 0-3 frente a R.D.T., Embarba y demás pericos. El orden es algo que se necesita enderezar de manera más regular.

La Ponferradina (16:15 horas) espera el domingo. Cada triunfo es un paso al frente para mirar de cerca la salvación y empezar a preguntar por el play off. Con no sufrir como el curso pasado ya se da la afición por satisfecha.