En numerosas ocasiones se ha destacado lo competida e igualada que es la Segunda División de principio a fin de temporada, más si cabe en estos primeros meses en los que hay numerosos clubes que después de incorporar a nuevos jugadores a sus plantillas durante el mercado de fichajes tienen un periodo de transición en el que convertirse en un grupo compacto. Prueba irrefutable de ello es el Málaga CF y su revolución total en el verde con respecto a la pasada campaña.

Hay ocasiones en las que la clasificación le faltan matices para convertirse en un reflejo real del estado de los propios equipos. Además de los puntos y las posiciones más altas o bajas en la tabla, cada equipo llega con una racha, unas sensaciones y unos lastres en función de las lesiones. Y esta semana también hay que tener en cuenta los clubes con bajas por llamadas internacionales. Málaga y Ponferradina están en séptimo y décimotercer lugar, respectivamente, y solo con dos puntos de diferencia entre ellos (17 y 15). No obstante, las dinámicas con las que unos y otros saltarán al verde de El Toralín son diversas. La última victoria del Málaga no solo trajo consigo tres puntos más, sino que supuso una inyección de moral después de dos duras jornadas ante el primer y segundo clasificado en Segunda. Los errores solventados y el hambre insaciable que demostraron los de Pellicer desembocó en que en ningún momento bajasen los brazos. Así, pese al gol en contra, el equipo supo reponerse y salir airoso del envite.

Pero el conjunto berciano encadena una racha de cuatro derrotas y una victoria en las últimas cinco fechas del torneo ante Mallorca, Alcorcón, Sabadell, Espanyol y Sporting. Un calendario complicado y similar al del Málaga, aunque con peores resultados. Es por ello que los de Martiricos tendrán que tener agudizados los cinco sentidos en el césped leonés: la Deportiva tiene con la imperiosa necesidad de revertir sus números de las últimas semanas para no ir perdiendo posiciones.

Por si fuera poco, Bolo tiene que lidiar con una nueva baja en sus filas. A las convocatorias internacionales de Manu Hernando y Alexandru Pascanu, ahora hay que sumar que Yac Diori, internacional con Níger, padece una rotura del cuerno posterior del menisco interno de la rodilla izquierda.

Para el entrenador de Nules, jugar contra la Ponferradina es sinónimo de punto de partida, aunque en esta ocasión sea para jugar la duodécima jornada liguera.

El año pasado, después de la polémica destitución de Víctor Sánchez del Amo del banquillo blanquiazul, Sergio Pellicer se estrenó al frente del primer equipo malacitano ante la «Ponfe». Fue un 14 de enero y el de Castellón se estrenó con victoria por 1-0. Ahora, el reto será ganar en El Toralín, de donde nunca se han llevado los tres puntos en Segunda.

En aquella ocasión fue Antoñín el que batió la red del conjunto berciano para que los tres puntos del encuentro se quedasen en Martiricos.

Los duelos entre ambos equipos tienen pocos precedentes en Segunda a lo largo de su historia. Hasta el curso pasado, tan solo tenía un precedente en la categoría de plata y hay que remontarse hasta la campaña 2006/2007. Hace 13 años, la Ponferradina empató en el rectángulo de juego de Martiricos (1-1) después de que el argentino Risso en el minuto 59 igualase el tanto que Morales anotó en el 38 de la primera parte.

El resultado de tablas también se repitió posteriormente en el choque de la segunda vuelta. Aquel día, la Ponferradina llegaba al borde de un descenso que finalmente acabó consumándose con un 2-2 en el marcador. Primero Baha adelantó a los locales en el minuto 10; después Antonio Hidalgo, ex jugador malaguista y actual técnico del CE Sabadell, vio portería: posteriormente Bornes anotó en propia y finalmente fue Risso el que igualó el luminoso en el 83.

Las otras cinco temporadas en las que la Ponferradina militó en Segunda, nunca se cruzó con el club costasoleño, que jugaba en la máxima categoría.