Los engranajes en el Málaga CF están cada vez mejor engrasados y las máquinas suenan bien. A veces hay tornillos que se sueltan, se desperdigan y se pierden, dejando a la luz las carencias del sistema, pero a pesar de los tropiezos del último mes, el equipo está sabiendo reponerse de las adversidades, aprendido de los errores y potenciando sus fortalezas frente a sus debilidades.

En las próximas semanas, en las que el club de Martiricos volverá a enfrentarse a un carrusel de cinco partidos en poco más de dos semanas, no será extraño que se produzcan rotaciones. No obstante, a la vista de los últimos acontecimientos parece que el dilema de la portería está algo más claro y la balanza se decanta porque Dani Barrio sea el guardameta titular del Málaga. En defensa, al equipo le quedan detalles leves que pulir, sobre todo de atención, pero funciona. El centro del campo es compacto y asociativo para la creación. Además, con un Pablo Chavarría en estado de gracia, los jugadores en línea ofensiva continúan mejorando.

En cambio, sigue habiendo un apartado en el que, por ahora, los jugadores de Pellicer suspenden: la diferencia de goles. Hasta la fecha, con 11 jornadas disputadas, el equipo costasoleño ha marcado nueve goles en portería rival, pero ha recibido 15 en propia. Con un -6 en el average, el equipo se encuentra entre los peores de la categoría. Eso sí, con tan pocos goles y 17 puntos en el casillero, esta cifra también denota una grandísima rentabilidad de transformar los goles en puntos.

Más allá de este apunte, la diferencia de goles es asignatura pendiente, más aún con jugadores como Chavarría, Calero, Yanis, Luis Muñoz o Ramón, destacados en fase ofensiva. A día de hoy, solo el colista de la categoría, el Alcorcón con un -11 de average, tiene peores números que el Málaga y está empatado con Las Palmas.

Aquí yace el «más difícil todavía» del club boquerón para esta campaña: aumentar la capacidad goleadora, tan mermada en las últimas temporadas. Cuanto antes mejor porque la Segunda ni perdona ni descansa y ya se avecina un nuevo vendaval de partidos 'nonstop' que también serán de gran relevancia para mantener la posición en la tabla sumando unidades y tantos.

Durante la mañana de ayer, el plantel blanquiazul volvió a encontrarse en el Anexo de La Rosaleda para una nueva sesión de trabajo. En esta ocasión, los pupilos de Pellicer tuvieron una jornada más distendida. En la primera parte, los futbolistas realizaron rondos y después se centraron en hacer partidillos de fútbol-tenis 3x3. Un entreno algo más ligero para descargar las piernas de las tres sesiones de la semana.

En cuanto a los lesionados, Caye prosiguió con sus labores de recuperación en el gimnasio. La novedad la puso el canterano Hoyos, que ha llegado al primer equipo mientras que Cristo trabajó con el equipo filial para que allí disponga de más minutos.

Esta mañana, a partir de las 10:30, el conjunto costasoleño se enfrentará a su último entrenamiento antes de poner rumbo a Ponferrada. Acto seguido, Pellicer comparecerá en rueda de prensa y podrá esclarecer qué jugadores formarán parte de la expedición que jugará en El Toralín.