Nueva jornada en Segunda, nueva ilusión del Málaga CF por puntuar y no perder posiciones en clasificación. Aunque sea pronto, aunque quede mucho por disputar, estar entre los primeros 10 de la tabla y muy cerca de los puestos de play off es motivo de satisfacción y de inyección anímica para los miembros del conjunto malacitano y su cuerpo técnico.

La victoria ante el Sabadell debe servir de impulso para que los blanquiazules continúen por el buen camino. En esta ocasión se enfrentarán a una Ponferradina a la que saca solo dos puntos y que llega al encuentro de esta tarde con destacas bajas, sobre todo en línea defensiva.

En cuanto al plantel costasoleño, la única baja con la que sorprendió ayer el club es la del canterano Ismael Casas. El joven lateral de Linares sigue sin reponerse totalmente de su contractura en el cuádriceps derecho y entre los médicos y el cuerpo técnico han decidido darle descanso este fin de semana. Tampoco estarán los lesionados Caye Quintana e Hicham ni el canterano Juan Cruz. Este último jugará con el Atlético Malagueño y en su lugar entró ayer en la convocatoria del primer equipo Ale Benítez.

De esta manera, si el míster de Nules apuesta por la continuidad, en defensa Escassi y Juande están asegurados, son los únicos que por ahora no se han perdido ni un partido. Ivan Calero es otro que no para de crecer en las filas blanquiazules y que además aporta gran verticalidad, velocidad y polivalencia en defensa y ataque. La medular está ocupada por el presente y futuro del club: el capitán Luis Muñoz y Ramón Enríquez, sin olvidar al atacante argentino Chavarría, que lleva varias semanas en un gran estado de forma.

Rival mermado en defensa

Durante la semana, los problemas han ido creciendo en el conjunto berciano. Primero llegaron las llamadas de Manu Hernando con la sub-21 y Pascanu con el combinado de Rumanía y después la lesión de Yac Diori, también jugador habitual en los esquemas de Jon Pérez Bolo.

La situación general del club tampoco es del todo halagüeña después de sumar cuatro derrotas en las última cinco jornadas. Aunque el equipo ha mejorado en la gestión de los partidos y no deja de competir, el mismo Bolo asume que en ocasiones han pecado de ansiedad.

Más allá de las bajas en defensa, que seguro conocen a la perfección los de Pellicer y aprovecharán para hacer daño, en lo que llevamos de campaña a la Deportiva le está costando mucho dar la vuelta a un resultado adverso. Es decir, que si el Málaga logra abrir el marcador, como ya hizo ante el Sabadell en el minuto 16 de juego, tendrá medio camino allanado para llevarse los tres puntos de El Toralín. Eso sí, las estadísticas advierten que cuando la «Ponfe» se adelanta en el marcador, logra una victoria casera, algo que ya ha logrado con duros rivales como Rayo Vallecano o CD Tenerife, con los que además dejó la portería a cero.

Otro motivo por el que se sostiene la teoría que Pellicer comentó ayer en la rueda de prensa previa al choque, asegurando que «el partido se marcará por pequeños detalles».

La concentración será una máxima en ambos clubes. Los locales necesitan puntuar y revertir la racha negativa de las últimas jornadas, mientras que para el conjunto boquerón, una victoria sería un trampolín, sobre todo porque a partir de la próxima jornada tendrá que afrontar un nuevo carrusel de varios partidos con jornada intersemanal en los que las fuerzas pueden flaquear y tendrán que volver las rotaciones.