En lo estrictamente futbolístico, el año 2020 concluyó para el Málaga CF el pasado domingo con la visita del Logroñés a la cancha de Martiricos. El encuentro, que acabó empatado sin goles y con polémica arbitral, fue la metáfora perfecta que resume lo complicado y agridulce que ha sido este año para la entidad costasoleña.

Ahora es tiempo de que la familia malaguista pueda hacer un leve alto en el camino. Aunque sea solo una semana, los jugadores y los miembros del cuerpo técnico blanquiazul podrán aprovechar para descansar, para que los que arrastran molestias físicas se repongan y sobre todo para reflexionar acerca de los puntos débiles que impiden al equipo materializar sus actuaciones en forma de goles para así sumar algunos de los puntos que el equipo se había trabajado en el campo, pero que por pequeños detalles se han quedado en el camino.

Como es habitual en la elite, los jugadores tendrán una mínima hoja de ruta de trabajo, leve pero necesario para no perder el tono. Además, estos días pueden ser de gran ayuda para recuperar a los tocados, más aún en una plantilla como la de Málaga en la que los efectivos no sobran. Ya en el último partido de Segunda División frente al Logroñés, Pellicer admitió que pensó n sacar al terreno de juego a Juan Soriano como jugador de campo para no incurrir en alineación indebida por exceso de canteranos. La salud es la base de todo proyecto deportivo, pero de este Málaga con más ahínco.

Más allá de la lesión de larga duración de Iván Calero, Pellicer está teniendo que lidiar con las dolencias musculares de otros miembros del plantel como Chavarría, Benkhemassa, Jozabed, Juande o el canterano Hicham que ha recaído, ahora con una rotura muscular de la que aún no se sabe el alcance. Matos regresó a los entrenamientos grupales a final de la semana pasada y aunque no pudo entrar en la convocatoria frente al Logroñés, todo indica que a será uno de los primeros en reincorporarse al terreno de juego.

Esta Navidad será diferente para todos, también para los futbolistas habituados ya a la dinámica de test y aislamiento en los llamados «grupos burbuja». Es por ello que el propio míster, Sergio Pellicer, hizo un llamamiento a la responsabilidad de cara a estas fechas señaladas.

La vuelta al trabajo empezará el próximo lunes 28 con la realización de las pertinentes pruebas PCR a los miembros del staff blanquiazul. Tras los resultados, el equipo se vestirá de corto el día siguiente, martes, para encarar la preparación de los tres partidos casi consecutivos con los que arrancará motores del año que está a punto de empezar. Y que muchos desean que lleguen para dejar atrás el 2020 que para el Málaga ha sido tormentoso por partida doble entre la crisis del coronavirus y la inestabilidad económica y societaria derivada de la gestión de la familia Al-Thani.

Primeras citas de 2021

La recuperación de los jugadores blanquiazules que a día de hoy están tocados se antoja imprescindible para encarar la segunda parte de la competición a partir de enero. Además, los de Pellicer siguen vivos en Copa del Rey, lo que aumenta la carga de partidos, el cansancio y el riesgo de perder a algún miembro del equipo, que ya de por sí cuenta con una plantilla un tanto limitada.

El primer reto del año estará en los muros del Carlos Belmonte, allí los malacitanos se medirán a un necesitado Albacete, actualmente en puestos de descenso a Segunda B. Después llegará el doble enfrentamiento ante el Real Oviedo de Blanco Leschuk: la segunda ronda de la Copa del Rey y solo tres días después la 21ª jornada de LaLiga SmartBank. ambos encuentros serán en Martiricos.?

Otra prueba de fuego de gran importancia para medir el estado físico de la plantilla blanquiazul con tres partidos en menos de una semana, concretamente seis días.