Málaga CF - Zaragoza, el último partido que La Rosaleda vibró con su equipo

Hacer una breve revisión de cómo fue el partido entre Málaga CF y Real Zaragoza disputado en La Rosaleda la pasada campaña obliga a dejar lo estrictamente deportivo en un segundo plano. Como pasará en esta jornada, también se jugará en domingo, también a las 16:00, pero desde aquel entonces una pandemia mundial ha azotado nuestra forma de vivir, nos ha obligado a cambiar drásticamente la forma de relacionarnos y, sobre todo, nos ha dejado miles y miles de fallecidos que seguirán doliendo y seguiremos extrañando cuando todo esto acabe.

Ese domingo, La Rosaleda se engalanó como en las grandes tardes de fútbol, la temperatura y la luz de la Costa del Sol acompañaban y, frente los jugadores blanquiazules, llegaba uno de los candidatos al ascenso a Primera. Más de 22.000 personas se repartieron entre los muros de Martiricos, colocando así en la olla todos los ingredientes para conformar un partido memorable. Al final lo fue, pero no por lo que a priori se espera. De sobra es conocido de lo que pasó tan solo unos días después, cuando las autoridades decretaron un Estado de Alarma de 15 días que acabó alargándose unos meses más.

Pese a la dificultad del encuentro por la buena racha del Zaragoza, centrado en los puestos de ascenso, cuando a las cuatro de la tarde Arcediano Monescillo dio el pitido inicial el planteamiento del conjunto de Pellicer fue el de luchar, conceder lo mínimo posible e incluso proponiendo en ataque. En la segunda mitad incluso llegaron a marcar, pero el gol quedó anulado por fuera de juego. Así, en los compases finales del encuentro, el Real Zaragoza aumentó la presión y Luis Suárez puso el 0-1 en el minuto 86. De ahí hasta la conclusión del choque, el Málaga buscó el empate pero el cronómetro estaba en su contra. Una derrota en el último suspiro dejó a la afición blanquiazul triste e impotente, todo esto sin contar con el agravante de que este sería, en muchísimo tiempo, la última ocasión en la que poder poblar las gradas de Martiricos.

Intentando hacer balance deportivo, independientemente de la crisis de coronavirus y las localidades vacías en La Rosaleda, las dinámicas y los dos equipos que se volverán a ver las caras este domingo son muy diferentes a los que se enfrentaron ese 8 de marzo de 2020. La mayor revolución está del lado malacitano, y es que del once titular de ese partido solo quedan tres piezas: Ismael Casas y Lombán en defensa junto a Luis Muñoz en la medular. Ni Munir, ni Luis Hernández, ni Juankar ni Sadiku... El que sí estará es Adrián González, aunque pasará de llevar el brazalete en el club costasoleño a formar el ataque de los aragoneses. Esta será la primera vez que jugará en La Rosaleda sin vestir la elástica blanquiazul desde que dejase el club el pasado verano.

Por otro lado, la dinámica con la que llegó el Real Zaragoza a Martiricos el año pasado tampoco tiene mucho que ver con su estado actual: los maños han pasado de copar los puestos altos de la tabla a buscar salir de los puestos de descenso. En estos momentos, y gracias a su última victoria ante la Ponferradina, son 19º con 23 puntos, a solo una unidad del Sabadell, que abre el farolillo rojo.

El segundo entrenamiento de la semana para el conjunto malacitano concluyó en la mañana en las instalaciones de la Federación por segundo día consecutivo. A partir de hoy y hasta el final de la preparación del encuentro ante el Real Zaragoza del domingo, el equipo regresará a Martiricos.

En el apartado deportivo, la única novedad con respecto al día anterior fue la incorporación de Mini, capitán del Atlético Malagueño, a los ejercicios con el primer equipo La presencia de los canteranos se ha convertido en una seña de identidad del conjunto blanquiazul. El resto de jugadores del filial a las órdenes de Pellicer fueron habituales como Ismael Casas, Cristo, Julio -ya recuperado- y el guardameta Gonzalo, que se unió a Dani Barrio y Juan Soriano para las labores específicas bajo palos. También estuvieron presentes los juveniles Larrubia, Haitam, Andrés y Loren.

Otros canteranos tuvieron que trabajar al margen y centrarse en ejercicios de carácter preventivo como Quintana, aquejado de un golpe en el gemelo derecho y Benítez, que sufrió una sobrecarga en el cuádriceps derecho.

Además de ellos, Benkhemassa, Hicham y Ramón Enríquez permanecen también al margen del grupo, en la enfermería y entrenando en el gimnasio bajo la atenta supervisión del readaptador del club blanquiazul, Manu Gestoso.