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Punto y polémica ante el Tenerife (1-1)

El gol del empate llegó precedido de una jugada peligrosa de Folch sobre Juan Soriano, una falta que no vio el árbitro ni el VAR

Mar Bianchi

Mar Bianchi

A vueltas con el VAR... Qué complicada se hace la relación entre el Málaga CF y el videoarbitraje. Si la tecnología está para llegar donde no lo hacen los colegiados, que son humanos, en ocasiones es difícil entender la actuación, o más bien la falta de ella. Los de Pellicer tuvieron un reto de altura ante un gran Tenerife, tan igualado se antojaba el enfrentamiento que hasta el marcador acabó en tablas. Eso sí, es un punto no exento de polémica y que dará que hablar en los próximos días en la capital de la Costa del Sol.

El Tenerife, casi desde el pitido inicial, le puso las cosas difíciles a los de Sergio Pellicer. Los malacitanos, acostumbrados en estos últimos partidos a llevar la iniciativa y comenzar con ritmo alto, en los primeros instantes del partido tuvo que ceder a la presión de los de Luis Miguel Ramis, que también llegaban a Martiricos en buen estado de forma, entre la certificar la permanencia y poder luchar por algo más.

El conjunto malacitano comenzó un tanto atropellado, desacertado en los pases, estaban nerviosos y sufriendo el poderío físico demostrado por el equipo chicharrero. Por la banda de Matos, los insulares tuvieron alguna que otra ocasión de peligro sin éxito. Aún así, los locales trataron de tú a su rival y, cada vez que era posible, trataban de armar un contragolpe con el que ganar metros y dejar atrás al Tenerife.

Pero ese espíritu luchador del que está haciendo gala el plantel de Pellicer en este tramo de la competición volvió a aparecer, justo cuando el Málaga peor situado parecía, protagonizando varias jugadas de imprecisión, una excepcional carrera de Jairo -sorpresa en el once del día- se convirtió en la asistencia perfecta para que Luis Muñoz alargase su buena racha en producción de goles. El de Nueva Málaga interceptó el pase del cántabro y con un disparo raso, el capitán sacó aún más brillo a su brazalete y batió a Dani Hernández. De un arranque con dudas a convertirse en el máximo anotador del equipo, así ha sido la evolución de Luis Muñoz en este curso. El gol de Luis Muñoz, que finalmente dieron a Nono en propia meta, dio a los boquerones la calma y la pausa que en el inicio no habían podido tener, así que la ventaja les permitió plantear las jugadas con más cabeza.

Pero la respuesta del Tenerife no se demoró demasiado. Tras la celebración blanquiazul, segundos después los de Ramis armaron el contraataque hasta colarse en el área de Juan Soriano, aunque sin encontrar premio. Yjusto antes del descanso, Zarfino estuvo a punto de devolver la igualdad en el luminoso.

Para la segunda mitad, el Tenerife aunque una marcha menos insistió en el juego directo y vertical. Pero la enorme fuerza física de la primera parte se fue diluyendo y el Málaga sufría mucho menos.

Con poca acción en ataque, los blanquiazules por mediación de Mejías y Juande alzaron un muro por el que no pasaba nadie. Al menos hasta que se produjeron los primeros cambios en el equipo insular. Shashoua, Suso Santana y Apeh con sus entradas reactivaron la creación ofensiva visitante. En el lado blanquiazul, entre Jozabed y Caye trataron de aprovechar un error de los chicharreros para poner contra las cuerdas a Dani Hernández.

Pero en el tramo final del choque, el balón y las ocasiones eran todas de los jugadores de Ramis. Tanto fue el cántaro a la fuente, que en el minuto 8 el balón de Ramón Folch acabó atravesando la red de Soriano con polémica alrededor. Justo antes de rematar, en el balón dividido en el área blanquiazul Folch comete falta clarísima sobre Soriano, un juego peligroso descomunal que pese a la revisión de la jugada por parte de los árbitros VAR, acabó subiendo al marcador.

Un gol que dio fuerza y moral a los tinerfeños, que acabaron apretando e incluso teniendo opciones de ponerse por delante en el marcador.

Al final, por suerte para los de Pellicer, un punto más que los acerca al objetivo. No puedo llegar la tercera victoria, pero sumar es indispensable.