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Claves del primer toque de atención de la temporada

El Málaga CF sufrió su primer correctivo serio del curso frente a la Ponferradina en un partido donde perdió la seña de identidad que le había caracterizado en las primeras jornadas de LaLiga

El Málaga CF sufrió el primer batacazo importante de la temporada en El Toralín frente a la Ponferradina

El Málaga CF sufrió el primer batacazo importante de la temporada en El Toralín frente a la Ponferradina / LaLiga

Manuel García

Manuel García

Es pronto para echarse las manos a la cabeza, por supuesto, pero lo ocurrido el domingo en Ponferrada debe suponer un toque de atención importante para una plantilla y un entrenador que hasta ahora no habían ofrecido esos síntomas de fragilidad. El comienzo de temporada del Málaga CF había disparado la ilusión por ver al equipo en la parte de alta de la clasificación, pero el abultado tropiezo 4-0 en Ponferrada y las sensaciones negativas que dejó, suponen un frenazo en seco a las expectativas generadas por el conjunto blanquiazul.

El cuadro dirigido por José Alberto mostró una muy pobre imagen, sacando a la luz carencias que hasta ahora no se le habían visto. La presión alta y la intensidad durante los 90 minutos de juego eran una seña de identidad innegociable de este equipo y en El Toralín brillaron por su ausencia. La fragilidad defensiva, la falta de pegada en área rival y el cúmulo de despropósitos que sucedieron sobre el césped convirtieron el encuentro en una auténtica pesadilla para los malagueños.

Superados en intensidad

Fue la primera vez en lo que va de curso que el conjunto de Martiricos se vio superado en intensidad por su rival. En las cinco jornadas anteriores, incluso en la derrota en Almería, el Málaga fue un equipo con hambre, que trasmitía garra y compromiso, con jugadores que se dejaban la piel y acababan desfondados en los minutos que estaban sobre el verde. Esto no se vio en El Toralín y fue uno de los motivos que causaron la derrota abultada de los de José Alberto. Si el Málaga no brega y lucha más que sus rivales corre el riesgo de convertirse en un equipo vulgar, como se vio el domingo. La ‘Ponfe’ se comió a los de José Alberto desde el minuto 1, de inicio a fin se vio a un equipo sin la entrega que le había caracterizado en las cinco fechas anteriores.

Fragilidad defensiva / Concentración

Como bien refleja el resultado (4-0), fue el peor partido a nivel defensivo de los blanquiazules. Desde la presión en campo contrario, hasta la seguridad atrás ofrecida por lo centrales en otros encuentros. Nada de ese se vio en tierras bercianas. Jugadas que se produjeron a lo largo del partido dejaron patente que el Málaga también tuvo fallos provocados por la falta de concentración. En el segundo gol local, los de Bolo cabecearon el balón dentro del área hasta en tres ocasiones hasta perforar la red ante la pasividad de la zaga. Gol encajado a balón parado en esas circunstancias, sinónimo de falta de atención y de tensión en la retaguardia.

Y otra de las acciones que dejó claro que no era el día de los malagueños fue el penalti cometido por Juande. El central tocó el balón con la mano de forma voluntaria sin que el árbitro todavía hubiese pitado. El canterano esperaba que señalaran una falta sobre él al ser derribado por detrás y fue a coger el esférico con la mano. No se decretó falta en ataque y, por tanto, lo que sí hubo fue una pena máxima que mató el partido.

Luis Muñoz

La ausencia de Luis Muñoz se notó demasiado. José Alberto apostó por situar en su posición a Jozabed y el sevillano estuvo perdido en el doble pivote junto a Escassi. Los blanquiazules no tenían el balón y Jozabed sufría. Fue tal el despropósito que el técnico tuvo que recomponer el equipo en el descanso y adelantar al ex del Celta de Vigo.

El conjunto de La Rosaleda perdió la estabilidad, la garra y la llegada al área rival que ofrece semana tras semana Luis Muñoz. El centrocampista malagueño es un jugador imprescindible en los esquemas de José Alberto y el domingo quedó aún más patente. Su ausencia hizo, además, que Escassi se viera demasiado solo y superado en tareas defensivas.

Sin pegada

Pudo pasar inadvertido por lo abultado del resultado, pero el Málaga volvió a mostrar una falta de pegada alarmante. En la segunda mitad, ya con el partido prácticamente perdido, los blanquiazules dispusieron de varias ocasiones muy claras para reducir distancias, pero los atacantes no estuvieron acertados. Brandon, Jozabed y Antoñín desperdiciaron las mejores. El equipo necesita para ya la recuperación de Sekou y Chavarría porque sin gol será imposible cumplir los objetivos.