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La reacción del Málaga CF vale un punto en Ipurúa

Gassama adelantó a los blanquiazules, en dos minutos el Éibar le dio la vuelta al marcador y hasta el final del choque no llegó el empate

Mar Bianchi

Mar Bianchi

Se intentó, se peleó y por momento incluso se creyó en la victoria. Los tres puntos vuelven a resistirse a los blanquiazules fuera de casa, pero el empate cosechado ante el Éibar, equipo de la zona alta, y con numerosas y sensibles bajas en la convocatoria, sabe algo mejor. Aunque sea de uno, el equipo suma y en ningún momento bajó los brazos. Esta vez sí que jugó un partido intenso.

A sabiendas de lo complicado del reto, el Málaga CF saltó al verde de Ipurúa concienciado de que tenía que poner fin, de una vez por todas, a la falta de intensidad mostrada en los últimos encuentros. Los primeros minutos se mostró bien plantado, dispuesto a pelear. Tanto fue así que aprovechando los mínimos huecos que dejaba el cuadro armero, Jairo comenzó la acción y Víctor Gómez entró hasta la cocina guipuzcoana, alzó la vista, se la pasó a Gassama y la pantera remató a portería colocando el 0-1 cuando solo habían pasado seis minutos del pitido inicial. El partido era largo, pero empezaba de la mejor manera para los de José Alberto. 

Al Éibar le costó entrar en el partido mientras que los costasoleños se mantenían firmes, controlando los tiempos. Pero una polémica decisión arbitral supuso el principio del fin de la ventaja malaguista. Lombán recibió la amarilla por mano en el área con el consecuente penalti. La acción no estaba nada clara y fue revisada por el VAR, pero finalmente Stoichkov batió la pena máxima y la convirtió en el empate local (1-1).

La respuesta del Málaga fue un contragolpe con el que Paulino corrió hasta área armera, pero el balón se marchó desviado. Y de contra a contra, Expósito arrancó en la medular, esperó a que Stoichkov estuviese perfectamente colocado y este cambió la orientación, se la pasó a Corpas y puso el 2-1. 

Los dos goles en cuestión de un par de minutos dejaron a los de José Alberto perdidos y el Éibar lo aprovechó para minar la moral de los malagueños. Stoichkov estaba desencadenado, todo le salía, Etxeita lanzó un peligroso disparo de cabeza y Sergio Álvarez rozó el 3-1

La llegada del descanso era más que necesaria para frenar al Éibar y que el Málaga tomase aire e impulso para hacer frente a los 45 minutos restantes. 

Así fue. Los blanquiazules saltaron al terreno de juego en la reanudación totalmente concentrados en acortar las distancias. Volvieron a controlar el esférico y las ocasiones eran suyas. Sekou, en una de sus actuaciones con más actividad del curso, remató con la testa y se quedó a centímetros, después Brandon Thomas disparó con la derecha, el mismo mallorquín volvió a intentarlo desde fuera del área sin éxito. 

Con el nueve malaguista como protagonista, llegó otra decisión polémica: fue derribado en el área del Éibar pero no se señaló el penalti. 

Pese a las adversidades, el conjunto de José Alberto mostró la garra que tanto se había echado de menos. Además, Hicham entró al terreno de juego y eso es siempre una buena noticia

El marroquí estaba impaciente por volver a ser el que era e incluso firmó una jugada perfecta y determinante. Dio un par de zancadas por la banda hasta asistir a Brandon para que este firmase el empate a dos, merecido por los boquerones en la segunda mitad.

El punto no rompe la sequía victoriosa del Málaga CF como visitante, pero el equipo ha marcado el camino a seguir: trabajo, intensidad y no rendirse hasta el pitido final.