Crónica

Oficio y beneficio (1-2)

Los goles de Brandon, de penalti, y Juande dan una victoria al Málaga CF después de dos meses en Lezama frente a un Amorebieta al que deja a 10 puntos

Manuel García

Manuel García

Como un soplo de aire fresco después de muchos días de terral en pleno mes de agosto. Así ha sentado la victoria del Málaga CF en Lezama frente al Amorebieta. Una liberación para los jugadores y demás miembros del club y un respiro para una afición que veía como su equipo se estaba metiendo en apuros y ahora, a falta de que concluya la jornada, abre una brecha de 10 puntos con el descenso. 

Las finales no se juegan, se ganan. Y eso hizo el equipo blanquiazul ante un rival directo al que deja muy tocado. Brandon, de penalti que él mismo había provocado, y Juande, de cabeza ya en la segunda mitad, dieron tres puntos de oro a los de Natxo González. Orozko dio emoción al tramo final en el 89, pero esta vez no hubo drama final. Tras dos meses sin ganar, toca disfrutar de un triunfo que sabe a gloria.

Al conjunto de Martiricos le costó entrar al partido. Los primeros avisos fueron del cuadro local. A los 10 minutos lo probó Guruzeta y cinco minutos más tarde hizo lo propio Álvaro Peña. Ambos intentos, desde muy lejos, se marcharon desviados. Al Málaga le seguía costando generar peligro. Vadillo era de los más activos en ataque, pero las ocasiones no llegaban. Hasta que en una jugada a balón parado botada por Jozabed, a los 27 minutos, Brandon estuvo más listo que el defensa vasco y provocó el penalti que adelantaría a los de Natxo González en el marcador. 

Llamaron desde el VAR a Moreno Aragón para que revisara la acción y el trencilla mantuvo su decisión inicial. Curioso que existiendo contacto avisen al colegiado para que acuda a la pantalla, y más raro aún que un árbitro mantenga su veredicto inicial tras ser llamado a consulta. El caso es que Brandon ejecutó la pena máxima a la perfección, engañando a Santamaría para hacer el 0-1.

El Málaga ya tenía el partido donde quería, por delante en el marcador y con un rival que con el paso de los minutos tenía que volcarse en busca de la remontada. Ni siquiera el empate valía demasiado al Amorebieta. De momento, el juego directo y a base de centros laterales de los de Íñigo Vélez no estaba haciendo una daño excesivo a la zaga blanquiazul, muy firme en la primera mitad. Pero aún quedaban 45 minutos para demostrar que los tres puntos debían volar hasta la Costa del Sol.

Juande, qué bueno que volviste

Y poco tardó tras el descanso el Málaga en poner más tierra de por medio. En otra acción a balón parado sacada en corto, Vadillo puso un centro perfecto para que Juande, de vuelta hoy, se adelantara a sus marcadores para hacer 0-2 con un certero cabezazo. 

La renta era ya importante, pero había que seguir para no dar las más mínima opción a que el Amorebieta se metiera en el partido. A los 65 minutos de partido llegaba la primera mala noticia del choque. Peybernes pedía el cambio con problemas físicos. Isma Casas ocupaba su lugar. Natxo González también dio entrada en la misma ventana a Paulino y Roberto por Vadillo y Chavarría. Y poco después Antoñín sustituía a Brandon.

El conjunto blanquiazul estaba cuajando uno de los partidos más serios que se le recuerdan en los últimos tiempos, justo en el día que Natxo decidió cambiar el sistema y jugar con tres centrales. Guste más o menos, su apuesta funcionó, el equipo ganó en seguridad. Los blanquiazules cuajaron un partido impecable atrás hasta el minuto 89, cuando Orozko batía desde dentro del área a Dani Barrio para poner picante al asunto. Los fantasmas del último encuentro podían aparecer, pero esta vez el Málaga resistió. Con sufrimiento, hasta el 97 y medio, pero con los puntos en el bolsillo.

Victoria vital para el Málaga, que aleja momentáneamente a 10 puntos al 19º clasificado. Lástima ese gol final que le impide ganarle el average particular al cuadro vasco. Ahora queda igualado, aunque eso hoy es lo de menos. A disfrutar del triunfo, que ya tocaba. Y a empezar a pensar en cortar la racha negativa en casa ante la Ponferradina. Ganar de nuevo en La Rosaleda aclararía aún más el panorama.