Adiós a un 2022 para el olvido en el Málaga CF

Por fin acaba este paupérrimo 2022 blanquiazul. Cuatro entrenadores, sonoros abucheos de la afición a sus jugadores y a los trabajadores del club, rachas insufribles, permanencia en la jornada 41 de la pasada Liga, conversaciones sobre un deseado ascenso, presentación multitudinaria en la Plaza de la Constitución, comparecencias telemáticas en los juzgados, más derrotas... este año lo ha tenido todo en el Málaga CF. Pero poco hay que salvar de 12 meses que han tenido -y tienen- al equipo al filo o en los puestos de descenso.

El 2022 ha sido una montaña rusa para los de Martiricos, con infinidad de bajadas y alguna que otra subida de esperanza. Han pasado tantas cosas desde aquel lejano 1 de enero, que resulta difícil recordar que el 2022 arrancó con lo que sería el principio del fin: el 0-5 en la visita del Ibiza a La Rosaleda que acabó con la aventura de José Alberto López en la Costa del Sol y que supuso un auténtico tormento. Desde entonces, nada ha sido igual ni en el terreno de juego ni en los despachos.

Natxo González aterrizó en la Costa del Sol con el objetivo de reconstruir un vestuario prácticamente roto. ¿El balance? 1 triunfo en 10 encuentros. Así que, en una situación desesperada, Manolo Gaspar eligió a uno de los grandes hombres de la historia del Málaga CF: Pablo Guede. Salvó al equipo en la jornada 41 de la última Liga, pero no consiguió darle un final feliz a su estancia en el banquillo del club de su vida.

Todo pareció cambiar en verano. El deseo de la dirección deportiva liderada por Manolo Gaspar fue darle un giro de 180 grados al equipo. Por el número de entradas y salidas lo hizo. Por la importancia en la categoría de fichajes como Rubén Castro, Fran Sol, Fran Villalba o Esteban Burgos también. Sin embargo, el rendimiento de un equipo con «estrellas» de Segunda División ha estado lejos de ese ascenso del que se habló en verano. El Málaga CF va a afrontar el 2023 desde los puestos de descenso, aunque solo a dos puntos de la zona de la salvación.

El inicio de temporada para el argentino fue catastrófico. 1 victoria y 5 derrotas le pusieron fin a su vuelta a Martiricos. Desde septiembre, todo quedó en las manos de Pepe Mel. Tampoco tuvo un arranque fácil con todos los males heredados de las decisiones tomadas en verano para planificar una plantilla al estilo de Pablo Guede. A partir de ahí, el Málaga CF solo ha sumado tres victorias más, atravesando infinidad de problemas -sobre todo de lesiones- y con una inesperada incapacidad de imponer la experiencia para batir a rivales «menores».

El balance deportivo del 2022 es tenebroso: solo 8 triunfos en 44 partidos (el 18.2%). Es más, solo 2 de ellos los presenció la afición en La Rosaleda, porque hay que recordar que el equipo le ganó al Lugo en octubre después de casi un año en blanco en la Costa del Sol.

Tampoco ha sido un año fácil a nivel institucional. El apartado judicial ha ocupado gran parte del año con la comparecencia telemática de los Al-Thani en los juzgados. A ello hay que sumarle las pintadas de la afición y los continuos pitos a los altos estamentos del club por la deriva del equipo. Ese mismo público que batió en el partido más importante de la campaña -ante el Burgos- el récord de espectadores de LaLIga SmartBank 21/22: 25.389 personas.

Lo que está claro es que resulta difícil pensar que 2023 pueda tener peores sensaciones que el año que se nos va. Ojalá el equipo pueda recuperar la estabilidad y, por lo pronto, logre la salvación. Algo que parece clave para la supervivencia de la entidad blanquiazul.

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