Málaga CF 3-0 Zaragoza: Aquí no se rinde nadie

El Málaga CF sigue en la pelea. Los resultados del fin de semana le daban una nueva oportunidad de recortar diferencias, y esta vez sí la supo aprovechar. Los de Sergio Pellicer hicieron el mejor partido desde la llegada del técnico al banquillo, y uno de los mejores de la temporada, sobre todo en la segunda mitad, para tumbar al Real Zaragoza (3-0). La entrada tras el descanso de Rubén Castro, que firmó un doblete para superar a Quini como máximo goleador nacional, fue clave en un triunfo que deja con mucha vida al conjunto blanquiazul.

El choque comenzó muy movido, con ocasiones de peligro en ambas áreas desde los primeros compases. La primera para los blanquiazules fue para Genaro, pero no fue capaz de conectar su remate tras un buen envío de Delmás. Había funcionado de nuevo la estrategia, pero falló la ejecución final del sevillano de cara a portería. No tardó en responder el Zaragoza. Tras una jugada combinativa, Vada recibió muy solo dentro del área y a la media vuelta chutó demasiado centrado, a las manos de Rubén Yáñez.

El choque fue bajando de ritmo con el paso de los minutos. Los equipos se atascaron y chocaron una y otra vez contra las defensas rivales. El Málaga dejó de aparecer por el área de Cristian Álvarez y los maños solo creaban peligro a través de Bebé, un incordio constante. El portugués lo intentó desde muy lejos, marca de la casa, pero su intento se marchó muy desviado.

Todo estaba tranquilo, hasta que al filo del descanso el conjunto de Sergio Pellicer se libró del desastre en dos ocasiones. Genaro cedió atrás demasiado flojo y Rubén Yáñez estuvo muy poco contundente ante Simeone, que se llevó al balón y con todo a placer, a puerta vacía, se durmió y permitió a Ramalho salvar el 0-1 en línea de gol. Tremenda acción defensiva del zaguero blanquiazul. Se salvaba el Málaga... y en el córner volvió a evitar por poco el tanto de los de Escribá. Bebé disparó, Yáñez dejó el balón muerto en la esquina del área chica y Vada no fue capaz de acertar con la portería. Pedía penalti el centrocampista maño, pero no hubo nada de nada y el partido llegó con resultado gafas al descanso.

Rubén Castro lo cambia todo

El equipo malagueño necesitaba los tres puntos y Pellicer tenía que mover el árbol para cambiar algo. Tras el descanso, movimiento ofensivo: Rubén Castro entraba por Alfred N’Diaye. Y el cambio no pudo ser más oportuno. Solo necesitó 10 minutos sobre el césped el delantero canario para adelantar al Málaga. Buena jugada iniciada por Lago Junior hacia Delmás, el lateral recortó y cedió atrás a Fran Villalba, que puso un envío preciso para que apareciese en el segundo palo Castro y batir a Cristian Álvarez con un remate en escorzo.

Lo más difícil ya estaba hecho. Era momento ahora de sufrir, resistir e intentar enganchar otra ocasión para sentenciar. No tardaron en llegar los primeros sustos en la portería blanquiazul. Primero, Vada no fue capaz de definir de tacón en boca de gol y luego Bebé casi hace el empate con otro disparo muy lejano. El balón pasó rozando el palo.

Pasó ese agobio momentáneo y el Málaga consiguió volver por sus fueros para intentar controlar el partido, ya con ventaja en el marcador. El 1-0 dejaba todo en el aire y era necesario otro tanto para respirar tranquilos. Y a 15 minutos del final, Lago Junior soltó un zapatazo desde la frontal que rebotó en el palo y se convirtió en el gol que ampliaba diferencias. Nada pudo hacer Cristian Álvarez.

Y por si todavía quedaba algún atisbo de remontada, Rubén Castro se encargó de disiparlo. El ariete blanquiazul se inventó un golazo con una vaselina que ponía el punto y final al partido. El canario levantó el «¡Sí se puede!» de la grada.

Y claro que se puede, sobre todo haciendo partidos como el que firmaron ante el Zaragoza los de Pellicer, que se quedan a 5 puntos de la salvación, que la marca el Racing, próximo equipo en visitar La Rosaleda. Pero antes, derbi andaluz en Granada.

Suscríbete para seguir leyendo