LaLiga SmartBank

2-0: El Málaga CF se impone al antifútbol del Leganés

Los goles de Rubén Castro y Pablo Chavarría, ya en el minuto 98, dieron la victoria al conjunto blanquiazul ante un rival que vino a La Rosaleda a perder tiempo y enredar el partido hasta que se vio por debajo en el marcador

Manuel García

Manuel García

Hubo uno equipo que quería los tres puntos y otro que vino a La Rosaleda perder tiempo y ensuciar el partido. No siempre, pero a veces el fútbol es justo y da la victoria al que más lo merece. En este caso, al único que lo mereció. El Málaga CF se impuso a la racanería del Leganés para sacar adelante un partido muy complicado y que necesitaba para recortar diferencias con los puestos de permanencia. Rubén Castro y Pablo Chavarría, ya en el minuto 98, dieron el triunfo a un conjunto blanquiazul que sigue creyendo en el milagro de la salvación.

El conjunto blanquiazul quiso llevar la iniciativa. Mucho pase de seguridad pero poco atrevimiento para romper líneas y quebrar el sistema defensivo de los de Idiakez. Al Leganés no se le veía excesivamente preocupado con este plan de partido. De hecho, los primeros acercamientos peligrosos fueron visitantes.

En un córner a favor de los blanquiazules, donde Esteban Burgos no acertó a rematar ni a conectar con Febas, llegó una contra pepinera que podría haber sido el 0-1 de no haber sido por la aparición providencial de Cristian. Arnaiz se marchaba solo ante Rubén Yáñez y tuvo que intervenir llegando desde atrás como una bala el canterano malaguista. Poco después, de nuevo Arnaiz probaba suerte desde lejos y su intento se iba fuera por muy poco.

Los de Sergio Pellicer no encontraban los espacios y el público blanquiazul empezaba a impacientarse. A los 27 minutos, el visitante Raba se lesionaba y tenía que entrar en su lugar Neyou. Tras eso, el Málaga tuvo unos minutos de algo más de empuje, basado en la movilidad de Villalba, Ramón y Febas, pero no era capaz de encontrar ese pase que perforara el engranaje defensivo pepinero en los últimos metros.

La grada ya no solo empezaba a molestarse con los suyos, si no también con las pérdidas de tiempo del rival y la actitud del colegiado, pitado tras una amarilla muy rigurosa que mostró a Fran Villalba. Sus compañeros le tuvieron que retirar para evitarlas protestas y un nuevo desastre. Escassi y Undabarrena también vieron, antes del descanso, amarillas que ya les iban a condicionar el resto del partido.

Los puntos se quedan en casa

Pellicer no quería riesgos y sustituyó en el descanso a Villalba y Escassi, los dos amonestados del equipo. Entraban en su lugar Chavarría y Luis Muñoz. Cambiaba el esquema el míster y pasaba a jugar con defensa de 4. La primera oportunidad clara de la segunda mitad fue para el Málaga. Chavarría se marchó en velocidad tras una dejada de tacón de Rubén Castro y no pudo batir en el mano a mano a Riesgo. Se le iba al argentino una ocasión de lujo para adelantar al equipo.

El Leganés seguía cortando el ritmo del partido. No perdía oportunidad para ir al suelo y ganar tiempo. Le iba bien el empate, estaba claro. Se hartó hasta el colegiado, que amonestó a Nyom por tardar en un saque de banda.

Y llegó la recompensa al equipo que lo intentaba y, sobre todo, el castigo a la racanería del Leganés. Lago Junior no acertó a la primera con todo a favor, pero en la segunda jugada, tras un disparo de Ramón desde la frontal rechazado, Rubén Castro la cazó y fusiló a Riesgo. Locura desatada en La Rosaleda.

Quiso el Málaga aprovechar el vendaval, impulsado por su público, para hacer el 2-0, pero no acertó en las contras y el partido entró en su tramo final con el resultado muy corto. Frenaba ahora el partido Pellicer con los cambios. 8 minutos de descuento que beneficiaban al equipo que había perdido el tiempo. Pasado el 90, Lago Junior pudo sentenciar tras una gran jugada personal pero su disparo rebotó en un defensa y se perdió por encima del larguero. Y en el 98, tras sufrir en un córner en el que subió hasta el meta rival, Chavarría robó el balón y se marchó solo hasta la puerta rival para sentenciar el partido, para delirio de los más de 20.000 presentes, que despidieron a los suyos al grito de ‘¡Sí se puede!’.