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2-1: El Málaga CF consuma su descenso a Primera RFEF

La derrota del conjunto de Martiricos ante el Alavés confirma la catástrofe blanquiazul y su adiós al fútbol profesional 25 años después, tras una temporada humillante en la que jugadores, cuerpo técnico y directivos no le pusieron nunca remedio al desastre más absoluto

Beatriz Tocón

Beatriz Tocón

Se acabó. Fin a 25 años en el fútbol profesional de un club histórico que caló un día en los corazones de toda la afición española y que, descuidado y pateado desde dentro, ha puesto punto y final a su vida en Segunda División. Era un milagro, no había más, y pocas veces consigues algo que no te mereces. Así que la derrota ante el Alavés (2-1) no hizo más que confirmar el descenso a Primera RFEF del Málaga CF.

Ya no hay más. La campaña comenzó con aquella derrota ante el Burgos, Las Palmas ya pintó la cara en la jornada 2 y todo lo demás es historia... y de la mala. Que si candidatos a competir por el ascenso, que si el objetivo de este club nunca podía ser luchar por no descender, que si vamos a volver... Sí, vamos a volver, pero al fútbol no profesional después de que directivos, cuerpo técnico y jugadores hayan llevado a este escudo, por el que la afición va a luchar cada segundo, hasta el pozo más profundo

Porque a ellos es a los que más les duele esto. Han acudido más de 20.000 personas a La Rosaleda cuando el equipo, a excepción de una jornada, ha estado siempre en descenso. Desplazamientos a Granada, Albacete, Lugo, Ponferrada... en todos los campos de España hubo representación blanquiazul. Y ahora, después de ver a su equipo pasar de la Champions a arrastrase por Segunda, seguirán de forma incansable para trazar el camino más rápido de vuelta. Sí, ellos son el Málaga CF.

Porque no hay que olvidar que el descenso no es por lo que ha pasado en Vitoria. ¿Cuándo lo hizo? Probablemente, todas las cabezas se vayan a la dantesca derrota frente al Racing. Aquel día, seguro, fue el principio del fin. Después llegó el auténtico golpe de realidad: el empate ante el Huesca y el desastre en Ponferrada. Sin embargo, que se haya llegado hasta aquí poco tiene que ver con lo sucedido en 90 minutos concretos. Quizás, y solo quizás, 10 victorias, 13 empates y ¡¡18 derrotas!! tengan algo que ver. Quizás...

Ni tres entrenadores, ni una treintena de jugadores ni tampoco Manolo Gaspar -un director deportivo que tiró por tierra el sexto mejor límite salarial de la categoría- han sido capaces de salvar a la entidad. Ya no es ni cumplir con los objetivos que prometieron -o hicieron creer en pretemporada-, simplemente sacar a estos colores del abismo. No se puede levantar en un mes lo que no has querido en los ocho restantes. Por no hablar de los futbolistas, los responsables directos sobre el césped.  

Fracaso sobre el césped

El partido... pues poca historia. El Alavés comenzó dominando. Tampoco fue un partido fácil para ellos porque jugaban por depender de sí mismos en la última jornada para el ascenso directo. No obstante, no se evidenció sobre el campo su superioridad. Incluso pareció muchas veces que el Málaga CF estuvo 'tranquilo' con el balón, como si no tuviera la vida pendiendo de un hilo. Sin embargo, se quedó el hilo sin cuerda cuando llegó el gol del Sporting ante el Eibar (0-1), que acabó empate a 2.

Pero regresó el fútbol a Mendizorroza y ocurrió. Fue el perfecto resumen de la temporada. Se marchó un jugador local en velocidad de Ramalho, centró y, después de un rechazo que tocó Escassi, marcó a puerta vacía Villalibre (1-0). Después de un rebote y a puerta vacía. Es decir, descendidos matemáticamente. Ya solo quedó a esperar. Empató Luis Muñoz (1-1), Toni Moya lo desigualó (2-1) y se acabó.

Consumado el fracaso, el desastre, el cataclismo, la vergüenza... lo que quieran, ahora comienza una etapa. Empieza una vida en el fútbol no profesional, lejos de todo con lo que ha vivido el Málaga CF en estos últimos 25 años. El perdón ya no sirve de nada. ¿Tomarán responsabilidades los culpables? Solo lo sabremos con el paso de los días. Qué forma de pisotear este escudo...Lo único que podemos esperar ahora es que el camino de vuelta sea lo más corto posible corto. Ojalá...

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