El Celta Fortuna ganó en A Coruña ante un Riazor lleno

Con un 2-2 en la eliminatoria y con menos de una semana por delante para trabajar en el partido de vuelta de las semifinales del play off, Málaga CF y Celta Fortuna juegan sus cartas para enviar la presión al rival y así descargar a sus jugadores. Tan ‘solo’ es el primer paso del camino final hacia el ascenso a Segunda División, pero hay mucho más que simplemente fútbol, la batalla psicológica también hay que ganarla. 

La Rosaleda va a colgar el ‘no hay billetes’ antes de que comience el encuentro del sábado, no va a importar cuándo. Se llenará el estadio de Martiricos, aunque lo que hay preparado para antes del pitido inicial va a ser mucho más impresionante de lo que cualquiera puede llegar a imaginar. Y Genaro fue el primero en avisar tras el partido en Balaídos: «Cuando vengan a La Rosaleda se van a encontrar con 30.000 personas, vamos a jugar con 12». 

Victoria en Riazor

El filial vigués tiene una idea muy clara y no parece que se vaya a asustar en Martiricos: «Este equipo ha ido también a Riazor con 30.000 personas y ha ganado. Lo que le sobra es personalidad, sabe lo que es jugar en estos escenarios. Lógicamente, sabemos que el rival habitualmente juega con 20.000/25.000 todos los domingos, pero el equipo está preparado para ese escenario complicado y hostil», aseguró el técnico Fredi Álvarez.

Y tiene razón el entrenador gallego. Aún con Claudio Giráldez a los mandos del Celta Fortuna, el rival del Málaga CF se impuso por 0-1 en la jornada 7 de Primera contra el Deportivo de La Coruña en Riazor, que finalmente ha ascendido a Segunda como primer clasificado del grupo I y campeón de Primera RFEF.

Es cierto que el derbi gallego es mucho más que un partido de fútbol y aún más si el filial del RC Celta se cruza con el Dépor, pero no será comparable un ambiente de temporada regular con lo que va a vibrar La Rosaleda desde antes del pitido inicial este sábado. 

Un infierno en La Rosaleda

Los jóvenes futbolistas del filial se van a tener que enfrentar a todo un infierno por parte de la afición de Martiricos, propia de una cita que lleva marcada en el calendario desde el día que el club pasó a formar parte de una categoría no profesional. El malaguismo tiene en su mano inclinar el campo en favor de los de Sergio Pellicer para alcanzar la final por el ascenso.

Ese va a ser el gran reto del partido. Unos lanzan la presión y otros la reciben con gusto asegurando que ya lo han superado esta temporada. Aquella victoria del Celta Fortuna habrá dejado marca en el fútbol gallego, pero no tanto como lo que prepara La Rosaleda para enderezarle el camino a su equipo de cara a la gran final.