Otro castigo cruel para el Málaga CF contra el Oviedo (2-1)

Mismo rival y otro final cruel. Ocurrió en la primera vuelta con el penalti de Antoñito Cordero y este domingo fue Manu Molina el protagonista de otro mazazo sin contemplaciones. También en contra con un gol en propia puerta en el tiempo de descuento para darle la victoria al Real Oviedo contra el Málaga CF (2-1) dejando en un segundo plano el empate de Dioni como respuesta al tanto inicial de Colombatto. Al menos, el colchón con el descuento es de seis puntos con una mala jornada para los rivales.

El partido no dejó de ser un duelo de necesidades contra oportunidades. Chaira firmó el primer disparo a puerta sin mayores exigencias para Alfonso Herrero. Con el paso de los minutos, el equipo blanquiazul empezó a ser el dueño del balón, a encontrar espacios entre líneas y a crear peligro en las inmediaciones de Aarón Escandell, formado en La Academia y protagonista de la primera vuelta. 

Dominio en la medular

El Málaga CF dominaba la pelota. Probablemente, en sus mejores minutos en las últimas semanas y el regreso de la dupla Luismi-Manu Molina como titulares. El próximo paso debía ser probar la efectividad en el área rival, cosa que sí hacía el Oviedo. Fue Hassan el que partió desde la banda derecha para probar al capitán de Martiricos, aunque sin ser una amenaza real.

Con el avance de la primera mitad, el equipo del recén llegado Paunovic empezó a liderar esa batalla del centro del campo con Santi Cazorla muy protagonista. Los cambios de entrenador alteran sistemas y automatismos, pero no toda la calidad que atesora el equipo carbayón en esa frontal. Hassan y Chaira cada vez eran más peligrosos. Chupete apareció con dos acciones en el área, también Larrubia sin mayor incidencia.

Correcalles

El partido cambió por completo en la segunda mitad. Todo ese peligro que no había habido en 45 minutos, llegó en los primeros instantes de la segunda mitad. Primero fue Chupete en un córner. Estaba tan cerca de la portería que un simple remate excedió de fuerza y se marchó por encima del larguero. Después fue Antoñito tras una gran acción por banda entre Larrubia y Puga. Solo dos minutos más tarde, Chaira envió el balón al palo más alejado de Alfonso Herrero. 

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El Carlos Tartiere se estaba convirtiendo en un correcalles. El Málaga CF combinaba en tres cuartos, robaba el Oviedo con Fede Viñas y remataba Hassan. Una y otra vez, de un lado a otro. Los extremos estaban siendo un martirio para la defensa de Martiricos. Otra vez Hassan, Fede Viñas con un centro cruzado que alteró algún corazón en la Costa del Sol o el remate de Cazorla por encima del larguero. Muchas acciones en las que los locales empezaban a perdonar.

Mazazo final

Sergio Pellicer alteró el once con la entrada de Kevin por Antoñito, pero lo que estaba por suceder era irrefrenable. El conjunto blanquiazul pareció apagar el botón ofensivo y lo pagó caro. Sacó una falta Seoanne desde la banda izquierda y el rechace acabó en Colombatto, que no tuvo oposición para mandar el balón a la red con un zurdazo (1-0). El problema es que el Oviedo estaba acabando todas las jugadas y casi siempre con acierto.

Aarón Ochoa y Dioni entraron como refresco por Larrubia y Luismi. No habían entrado bien los cambios en el Málaga CF, pero entre Kevin y Dioni revolucionaron el encuentro. Levantó la cabeza desde la banda izquierda el trinitario y el delantero le quitó todas las telarañas a la portería de Escandell para firmar el 1-1. Primer tanto del malagueño desde final de enero y en qué momento.

Y cuando todo parecía encarado a ese empate, llegó el mazazo final. Un gol de Manu Molina en propia puerta, en lo que parecía un despeje sencillo, puso la fiesta en el Carlos Tartiere y el jarro de agua fría en la Costa del Sol (2-1). Apagón a las buenas sensaciones, a la victoria contra el Real Oviedo y a pensar en un duelo esencial contra el Córdoba el próximo domingo.