Fútbol

Málaga CF: aniversario de un ascenso para la historia

El 22 de junio de 2024, hace justo un año, el equipo blanquiazul logró regresar al fútbol profesional tras obrar el milagro en Tarragona en el minuto 122 del partido de vuelta de la final del play off por el ascenso

Los jugadores del Málaga CF celebran el gol de Antoñito Cordero que dio el ascenso al equipo blanquiazul en el Nou Estadi de Tarragona. | AGENCIA LOF

Los jugadores del Málaga CF celebran el gol de Antoñito Cordero que dio el ascenso al equipo blanquiazul en el Nou Estadi de Tarragona. | AGENCIA LOF

Manuel García

Manuel García

Málaga

No fue un sueño. Fue real. El 22 de junio de 2024 quedará para siempre en la historia del Málaga CF. Una afición acostumbrada a los golpes y a sufrir hasta el extremo, recibió hace hoy justo un año uno de los mayores regalos que le ha hecho su equipo. Una fecha para el recuerdo y con un número especial, el 122, el minuto en el que Antoñito Cordero silenció el Nou Estadi de Tarragona y marcó el gol que devolvía al club blanquiazul al fútbol profesional, desatando la locura en las gradas y, sobre todo, a más de 900 kilómetros de distancia en cada rincón de Málaga.

El partido en Tarragona puso el punto y final a una temporada de altibajos que terminó de la mejor manera, con el ascenso y retorno a Segunda División. Tras el descenso a Primera RFEF, el club inició un nuevo proyecto con la apuesta de la continuidad de Sergio Pellicer en el banquillo y la llegada de Loren Juarros como director deportivo. Se planteó un proyecto a dos años para regresar al fútbol profesional y se consiguió a la primera. Por el camino hubo dudas, mejores y peores momentos, pero todo ese ya daba igual desde que ese balón empujado por Antoñito tocó la red, con mucho suspense, y un minuto después el colegiado Eder Mallo pitó el final del partido.

Plantilla y aficionados celebran sobre el césped del Nou Estadi el ascenso a Segunda División.

Plantilla y aficionados celebran sobre el césped del Nou Estadi el ascenso a Segunda División. / Agencia LOF

Un milagro exprés

El Málaga CF se plantó en el Nou Estadi de Tarragona en busca del ascenso. Tras terminar tercero en la fase regular en el Grupo II de Primera RFEF, superó al Celta Fortuna en las semifinales del play off (2-2 en Vigo y 2-1 en La Rosaleda) y llegó a la final por una plaza en segunda contra el Nástic. Le ganó en La Rosaleda por 2-1, con doblete de Roberto, y todo se tenía que decidir en tierras catalanas.

El conjunto blanquiazul tenía que defender esa renta mínima de la ida. De hecho, no le servía ni perder por un gol, ya que el Nástic había sido el segundo del otro grupo y en caso de empate a goles, el premio era para los tarraconenses. Se las prometió muy felices el Málaga cuando se quedó con 10 el Nástic, ya en la segunda mitad y con 0-0 en el marcador, pero todo empezó a torcerse. Alan Godoy marcó el 1-0 y forzó la prórroga, y ya en el tiempo extra Santamaría hizo el 2-0 y puso las cosas en casi un imposible para los blanquiazules.

Se llegó al descanso de la prórroga con 2-0. El Málaga necesitaba dos goles para ascender. Dioni abrió el camino del milagro en el minuto 108 y, después de que se tuviera que parar el choque por la antideportiva actitud de la afición grana, cuando ya agonizaba el encuentro y se esfumaba el sueño del ascenso, los de Pellicer obraron el milagro gracias al gol de Antoñito Cordero en el minuto 122. Se volvieron locos los jugadores y los aficionados presentes en las gradas del Nou Estadi, y en Málaga tembló la tierra. Ese gol provocó un terremoto en cada punto de la ciudad, con epicentro en el Auditorio, donde se dieron cita hasta 12.000 personas para seguir el partido.

Miles de malaguistas celebraron por las calles hasta la madrugada.

Miles de malaguistas celebraron por las calles hasta la madrugada. / Gregorio Marrero

Explosión de júbilo

De la tristeza más absoluta a la explosión de alegría en esa esquina del Nou Estadi, en el Auditorio, en los bares y en cada salón donde amigos y familiares se reunieron para ver al Málaga CF ascender. El llanto desconsolado por lo que parecía que se escapaba, se convirtió en lágrimas de alegría porque el sueño se había hecho realidad. El Málaga obró el milagro y regresaba al fútbol profesional, dando paso a una larga noche y día posterior de celebración.

Los jugadores del Málaga CF celebran el ascenso en el campo con su hinchada

Beatriz Tocón

Una larga noche en Málaga

Pocos minutos pasaron hasta que Málaga se inundó de camisetas blanquiazules. Largas caravanas acompañadas del ruido ensordecedor de los cláxones de los coches y las bocinas. Gente desde todos los puntos de la ciudad y la provincia acercándose a la zona centro para comenzar la fiesta del ascenso, que iba a ser larga... Los seguidores blanquiazules se concentraron en la Fuente de las Tres Gracias, cortaron el Parque y el túnel de la Alcazaba. Había que celebrar, y mucho, la ocasión lo merecía.

La noche fue larga por las calles del Centro hasta que llegó el momento de recibir al equipo en el aeropuerto. Eran más de las 5 de la mañana, y ahí había miles y miles de seguidores malaguistas esperando que sus héroes aterrizaran en la Costa del Sol con el ascenso bajo el brazo. Las imágenes y los vídeos de esos momentos son ya historia del club y de la ciudad.

Celebración por las calles de Málaga al día siguiente.

Celebración por las calles de Málaga al día siguiente. / Gregorio Marrero

La fiesta del ascenso

La celebración duró hasta altas horas de la madrugada... pero todavía no había terminado. Quedaba la rúa. Y si por la noche hubo gente por el centro y el aeropuerto, a la tarde siguiente, ya con los héroes sobre el autobús descapotado, fue algo indescriptible. Pocas veces Málaga ha vivido algo igual. Ríos y ríos de personas rumbo al Ayuntamiento. Hay imágenes donde no se ve un solo milímetro del suelo en todo el Paseo del Parque mientras la plantilla, cuerpo técnico y otros miembros del club, todos y cada uno de ellos importantes, botaban sobre el autobús. Y el fin de fiesta, en el ayuntamiento, con Larrubia como maestro de ceremonias presentando uno a uno al personal.

Málaga vibró, el malaguismo gozó en grande con una de las mayores hazañas de su equipo en toda su historia. Una cosa única e irrepetible. De eso hace ya un año y parece que fue ayer. Y seguirá recordándose durante décadas, de generación en generación. Lo único que desea la parroquia blanquiazul es volver a vivir algo parecido más temprano que tarde, en este caso, celebrando el ascenso a Primera División. Ojalá sea cuanto antes.

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