El juicio del «caso Minutas» continúa eternizándose en el tiempo, después de que arrancase en abril y sus sesiones se vayan a prolongar hasta finales de año. El miércoles declaró el penúltimo de los acusados, el ex concejal de Hacienda de Marbella Rafael González, quien se defendió con vehemencia de las acusaciones del fiscal Anticorrupción Francisco Jiménez Villarejo. Éste volvió a hacer gala ayer de su meticulosidad en el interrogatorio.

En uno de los lances del mismo, le preguntó a González si aprobó sin contrastar una de las minutas que cobró supuestamente el presidente del Sevilla Fútbol Club, José María del Nido. «El que lo tiene que contrastar y darme seguridad es el interventor, si es un tema económico, y si se trata de un asunto jurídico, el secretario», reflexionó.

Por qué no verificó nada. Pues «porque tenía el visto bueno de los técnicos», expuso el ex edil del Grupo Independiente Liberal (GIL). En este sentido, se mostró seguro de que jamás le dijo al clavero de la legalidad marbellí que hiciera un informe. «En cuatro años como delegado de Hacienda firmé miles de documentos, y jamás me puso un reparo. Si me lo hubiera puesto, no lo habría firmado», señaló, al tiempo que indicó que siempre rubricó los papeles después de que éstos hubieran recibido el visto bueno del alto funcionario municipal, cuyo colega, el secretario Leopoldo Barrantes, está acusado en esta causa por cierto.

El interrogatorio no tuvo desperdicio, puesto que tanto el fiscal como el ex edil pusieron en liza toda la artillería verbal de la que eran capaces para asegurarse la victoria en la batalla dialéctica. Hoy declarará el último acusado, mientras que en los próximos días comenzará el baile de testigos, lo que quiere decir que el juicio ha llegado a su fase intermedia. Terminará a finales de año.