Recibir visitas ya es un lujo en tiempos de más paro que movimiento. Pero Marbella no se conforma con el sino global de la crisis y se presenta como anfitrión principal para acaparar el mayor número de invitados este verano. Y no quiere a cualquier turista tumbado en sus playas. Su estrategia se centra en atraer al que más billetes guarda en su cartera. Los datos apuntan a que, por primera vez tras años desapercibido, su nombre se entremezcla entre el de los destinos favoritos por los mayores poderes adquisitivos.

Los cinco estrellas están repletos. Eso aseguran sus gestores. El hotel Puente Romano espera ocupar el 90% de sus habitaciones en agosto, de hecho ya las tienen reservadas, indicaron a este diario. Todo ello a pesar de que sus tarifas se sitúan entre los 160 y los 2.000 euros por noche.

Última hora

No todos los viajeros, con más o menos dinero, son previsores. Hay quien espera a última hora. «Esto no tiene por qué ser una buena señal», criticó Ricardo Arranz, propietario del lujoso establecimiento Villapadierna, que acogió a la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, el año pasado. El empresario interpreta en este hecho una confianza ciega en que los hoteles están vacíos y por tanto a sus potenciales ocupantes no les preocupa esperar y alquilar a última hora.

En cualquier caso, la evolución es muy positiva en el panorama hotelero, en opinión del director de Vinci Estrella del Mar, Jorge Castellví. «Tenemos una ocupación de entre un 8 y un 10% por encima de la registrada en 2010».

Reconoce que las tarifas han mejorado y han aumentado la ocupación hasta alcanzar el 85%. Nada que ver con el Marbella Club, que mantiene precios con un mínimo de 500 euros por noche a un máximo de 5.000. No deben manejar simple calderilla sus actuales huéspedes, que ocupan el 65% de sus habitaciones.

«Estamos volviendo desde finales de mayo a niveles anteriores a la crisis», valoraron a este diario sus responsables de Marketing. Claro que, «después de tal crisis, todo es mejorar», anticipa con realismo Castellví.

El sol no solo calienta cuerpos de gimnasio en Marbella, sino que comercios y restaurantes los visten y alimentan.

En semanas, se han inaugurado tres restaurantes de los que combinan ambiente, menú y modernidad, caros por supuesto. El centro comercial La Cañada está lleno como El Corte Inglés de Puerto Banús y las calles del casco antiguo se reparten a una inmensa mayoría extranjera. Los clientes nacionales parece que aún se lamen las heridas.

La clave

Los rusos gastan más que los ingleses y los árabes en Marbella

Marbella está entre las cinco ciudades españolas que más empleo generan por habitación. De entre sus ocupantes, los rusos son los que más gastan, indicaron empresarios a este diario. «Por encima de ingleses y de árabes». La mayoría de las villas de más de 6 millones son suyas.