Los cajones del Ayuntamiento de Marbella ya están limpios de impagos, según indicó a este diario el coordinador de Hacienda y Personal, Carlos Rubio. La tarea ha llevado años, recordó. Pero, hoy día, no existe ni una sola factura traspapelada en la administración local, sostiene. Es lo que puede considerarse normal pero que no lo fue en los últimos quince años de mandato del GIL.

El PP, liderado por la actual alcaldesa, Ángeles Muñoz, tomó el bastón de mando de la ciudad en mayo de 2007. Previamente, una comisión gestora gobernó el Consistorio durante un año tras la disolución de su corporación. La mayoría de sus concejales habían sido detenidos por la policía. Actualmente, permanecen imputados en uno de los principales casos de corrupción municipal del país, Malaya, pendiente aún de sentencia.

Aquel año, el primero de su mandato, el PP encontró centenares de facturas desordenadas. Estaban en cajones o en carpetas. Correspondían a servicios o suministros contratados por el Ayuntamiento que nunca fueron pagados. La suma ascendía a 10,2 millones de euros.

Aquellos recibos «se estudiaron uno por uno», aseguró Rubio. Databan desde el año 1991, aunque su grueso estaba fechado entre 2004 y 2006, correspondiente al gobierno del tripartito encabezado por la exregidora e imputada en Malaya Marisol Yagüe.

El objetivo de estudiar cada factura era verificarlas. Unas terminaron anuladas y otras incluidas en planes de pagos. La mayoría responden a gastos «superfluos». Desde la compra de flores, el pago de actuaciones o recibos o «grandes comilonas», recordó.

La eliminación de estas facturas pone algo de orden tras años de lo que los actuales administradores del Consistorio definen como absoluto caos municipal. Pero la labor no ha acabado. El Ayuntamiento contabiliza actualmente todas sus deudas. De entrada, tiene aún 500 millones pendientes de pago, la mayoría a la Seguridad Social y a Hacienda.