Ocurrió en la tarde del pasado domingo, cuando ninguna banda especializada en su sano juicio proyectaría efectuar un golpe en un conocido centro comercial de Puerto Banús (Marbella), aunque posiblemente por eso el momento elegido pudo ser el mejor: tres individuos encañonaron y maniataron a un vigilante de seguridad del establecimiento y lograron hacerse con un suculento botín formado por joyas y artículos de bisutería.

Fuentes judiciales y del centro confirmaron los hechos, aunque las versiones sobre la valoración de lo sustraído difieren, pese a que la suma exacta no se conocerá hasta que avance la investigación: las segundas fuentes hablan de un botín de 800.000 euros, y las primeras de varios millones. Una auditoría habrá de esclarecer este punto.

En concreto, el robo se produjo el domingo por la tarde, aunque las fuentes no pudieron concretar la hora exacta. Tres individuos llegaron al centro comercial por una de las puertas traseras, sorprendieron al vigilante y lo encañonaron con un arma de fuego. Luego, lo maniataron, según las fuentes.

Tras encaminarse a la zona de joyería y bisutería, se hicieron con numerosos objetos, eso sí, tras haber dejado inoperativas las cámaras de vigilancia. El guarda de seguridad indicó que los individuos asaltantes eran españoles. La Policía Nacional ya ha iniciado la investigación para esclarecer este suceso, en concreto los agentes adscritos a la propia Comisaría de Marbella.

Fuentes policiales confirmaron el suceso e insistieron en que se trata de «un robo con violencia que está bajo investigación», por lo que rehusaron dar más datos acerca del golpe, aunque la lógica indica que el grupo hizo labores de vigilancia previas al robo, para conocer, por ejemplo, en qué momento estaba más desguarnecido el conocido establecimiento comercial, cuáles eran sus medidas de seguridad y de qué forma se podía desarrollar más limpiamente el robo.

Los investigadores peinaron el escenario del robo la misma noche del domingo, buscando huellas o restos biológicos de los asaltantes con el objetivo de que esos indicios los lleven hasta la red, aunque las fuentes no quisieron revelar las conclusiones iniciales de la policía tras la inspección ocular y el análisis de la escena del crimen.

Parece que no se empleó ningún tipo de violencia más allá de la acción intimidatoria efectuada por uno de los tres atracadores al apuntar con un arma de fuego al vigilante.

El testimonio de éste será fundamental para esclarecer qué ocurrió a lo largo de la tarde del domingo en el centro comercial de uno de los núcleos urbanos más lujosos de España, en el que, por cierto, algunas joyerías han sufrido asaltos de similar naturaleza con suerte dispar.