Lo avanza Beatriz Cortázar en la edición impresa del diario ABC. El prestigioso diseñador Javier Larraínzar ha dejado el mundo de la moda para pasarse a la hostelería: ha montado un chiringuito en la playa de Las Chapas, en Marbella.

«Tras ver cómo el mercado de la moda caía en picado y las cosas se complicaban sin posibilidad de mejorar, Larraínzar vio con claridad cómo el sueño de su vida, tener su firma de moda y hacerla un negocio rentable, no solo no se cumplía, sino que podía convertirse en una pesadilla», escribe Cortázar en la citada información. Y continúa: «Javier Larraínzar se despidió del diseño, de las pasarelas y de los nervios de los desfiles para instalarse en Marbella junto a su novia. Allí, en la playa de Las Chapas, descubrió lo que él considera su tesoro: un viejo chiringuito de playa sin ninguna gracia, pero en un lugar perfecto para sus planes».

El exmodisto consiguió los derechos d de explotación del chiringuito, que decoró y rehabilitó durante el invierno. Ahora lo ha abierto bajo el nombre de Sylt, en referencia a una isla alemana en la que veraneaba de niño. «Soy un hombre feliz. Este proyecto me ha tenido loco de alegría y ahora es una realidad. Estoy encantado. La idea es tenerlo abierto todo el año, siempre que el tiempo lo permita». El negocio lleva abierto cinco meses y promete ser uno de los puntos de referencia del verano marbellí.