La titular del Juzgado de lo Penal número 12 de la capital, Paloma Martín, disertó ayer sobre los nuevos delitos relacionados con la violencia de género y, en especial, los que se cometen a través de la última tecnología. La juez, que, por cierto, dirige uno de los juzgados especializados en enjuiciar casos de violencia sobre la mujer, se quejó de que, por ejemplo, muchos casos de acoso telefónico por parte de un hombre a su expareja no llegan a fase de juicio oral. «¿Por qué no llegan a juicio oral? Es frustrante ver que estas conductas existen y no llegan al Juzgado de lo Penal de Málaga. No sé si es que no se denuncia o se diluye en conductas más fáciles de coger como el maltrato habitual», precisó.

La magistrada se refirió así a conductas «relativas al control del hombre sobre la mujer con el móvil, incluyendo programas espía; o cuando se colocan detectives privados pese a no existir infidelidad ni estar en trámites de separación. Estas conductas están muy gravemente penadas y hay que castigarlas». En este sentido, recalcó, es fundamental apartar a la víctima de su entorno habitual para que no vuelva a ser objeto de semejantes delitos de nuevo.

La juez puso como ejemplo un caso de hombre que hacía hasta 40 llamadas de teléfono al día a su expareja, «lo que limita seriamente la vida diaria de la mujer, como ocurre con 40 mensajes de wassap, cuando uno no quiere relación eso afecta». La togada insistió en que muchas de las víctimas son adolescentes y apuntó que el cotejo policial de los móviles puede llevar hasta el presunto autor de los hechos.