El empresario inmobiliario de Sierra Blanca Estates, Pedro Rodríguez, promotor de uno de los rascacielos proyectados en Marbella, manifestó ayer a La Opinión de Málaga su desilusión por lo que considera una campaña de manipulación de la información en contra de su iniciativa.

Pedro Rodríguez afirma que su proyecto no es realmente un rascacielos, ya que en arquitectura suele considerarse como tal a los edificios de más de 50 plantas y , en contra de lo que se ha difundido, asegura que su proyecto no tiene más de 30 plantas.

Rodríguez añadió que Marbella no puede mantenerse únicamente con el reclamo del sol y playa y necesita de un proyecto de este tipo para atender a la demanda internacional de alto poder adquisitivo. «Desde la construcción de Puerto Banús, no se ha hecho nada en Marbella. Se va a perder una gran inversión y una oportunidad de competir con ciudades como Dubai o Qatar, que son las ciudades con las que debe competir Marbella».

En este sentido, el empresario afirmó que su proyecto supondría una inversión de 300 millones de euros, que generaría 300 puestos de trabajo durante los dos años de las obras de construcción y 150 empleos de por vida una vez terminado, además de unos 60 millones de euros en impuestos. Incluso añadió que tiene ya inversores que comprarían el edificio íntegro o por plantas.

En cuanto a las críticas al proyecto, afirmó que precisamente habían elegido a un arquitecto de renombre como Ricardo Bofill por la reconocida calidad de sus trabajos y habían apostado por un diseño en forma de vela de barco para integrarlo en el entorno.

De hecho, el empresario insistió en que su proyecto es perfectamente compatible con el modelo arquitectónico de pueblo mediterráneo, ya que no se trata de construir rascacielos de manera descontrolada sino de construir uno, dos o a lo sumo tres edificios de gran altura y en enclaves determinados donde no son incompatibles con el entorno. «En Marbella ya hay cuatro edificios de 20 plantas como Torre Real», recuerda el promotor.

Pedro Rodríguez reconoció que ayer trató de reunir a todos los portavoces de los grupos municipales representados en el Ayuntamiento de Marbella para explicarles su proyecto y rebatir las informaciones que él considera manipuladas de manera interesada. Y añadió que en ningún momento tuvo la intención de interferir en el transcurso del pleno extraordinario que se va a celebrar hoy mismo en el Ayuntamiento de Marbella, a instancias de la oposición, para anular la modificación puntual de elementos del Plan General de Ordenación Urbana de Marbella que permitiría la posibilidad de construir edificios de gran altura en el término municipal.

«Han descalificado mi proyecto por envidia y por las cortas miras de algunos sobre los revulsivos que necesita Marbella para competir a nivel internacional».