La confirmación de que un trabajador del edificio de los juzgados de Instrucción de Marbella, ubicados en la avenida del Mayorazgo, está infectado de legionela ha disparado las alarmas entre sus compañeros, informaron ayer dos fuentes judiciales distintas. Según explicaron, el afectado se fue de vacaciones el día 25 de diciembre y debía incorporarse el 8 de enero, pero fue ingresado el 31 en un centro hospitalario tras encontrarse mal. Ya está en casa recuperándose, aunque, en principio, los test hechos en los sistemas de refrigeración no han encontrado rastro de la temida bacteria.

Rápidamente, se activaron los protocolos y todo se ha llevado con absoluto sigilo. El afectado se fue a pasar unos días a otra comunidad autónoma, por lo que los técnicos sanitarios se han centrado en buscar el foco de la infección, provocado por una bacteria que habita en los sistemas de conducción de agua o aparatos de aire acondicionado.

Al enfermo le hicieron en el centro hospitalario la prueba de la legionela y dio positivo, aunque las fuentes judiciales explicaron que técnicos de las delegaciones de Justicia e Interior y de Sanidad han inspeccionado todos los aparatos de aire acondicionado y sistemas de refrigeración del edificio judicial de la avenida del Mayorazgo, ubicados en la azotea, y las pruebas son negativas, es decir, no han encontrado allí la temida bacteria que causa la grave infección pulmonar.

«No es un brote, sino un caso aislado», añadieron las fuentes consultadas, que destacaron el sigilo y la diligencia con la que se ha actuado para no levantar alarma. Por tanto, en principio, el foco no estaría en el edificio, pero se desconoce dónde pudo contraer la enfermedad, ya que la misma tiene un periodo de incubación de dos a cinco días y, por tanto, el tiempo transcurrido desde que el funcionario se infectó hasta que notó los síntomas hace difícil determinar si se contagió en el lugar de sus vacaciones o en Marbella. «Puede haberlo cogido allí o aquí, pero no parece que haya sido en el juzgado», precisaron.

Los distintos responsables judiciales, codo con codo con la Junta, pusieron en marcha los protocolos específicos de prevención a lo largo de todas las fiestas y, de momento, todo hace pensar que en el edificio judicial no hay rastro alguno de la bacteria, pues las pruebas han salido negativas. El enfermo en cuestión no ha pisado el juzgado desde el pasado 25 de diciembre.

Lo que hizo que se desatara la alarma entre los funcionarios fue que una compañera estaba constipada, pero finalmente tampoco sufría la infección bacteriana.

El sindicato de Trabajadores de la Administración de Justicia (STAJ) también alertó tanto a los responsables de la Consejería de Justicia e Interior y a la Consejería de Sanidad del suceso, que llegó a su conocimiento el pasado lunes. «Las autoridades sanitarias siguen tomando medidas oportunas de averiguación y control. Creemos que no se debe alarmar a los trabajadores ya que no se conoce dónde pudo surgir el foco infeccioso», precisó el secretario provincial, Juan Antonio Luque. No obstante, el sindicato se queja de falta de información por parte de las autoridades y dice que eso es lo que crea alarma. Asimismo, reclama saber cuándo se revisaron los sistemas de refrigeración. Además, pide que se extremen las medidas de vigilancia y control.