­El actor, director y cómico Pablo Carbonell manifestó ayer en Marbella que los actores españoles deberían haber hecho huelga contra el IVA superlativo que se aplica al cine, aunque no se ha producido porque no son un colectivo demasiado unido.

«Las asociaciones siempre son a favor o en contra de la guerra, estamos muy dispersos y no tenemos mucho peso, somos muy tolerantes», lamentó Carbonell, quien añadió que «en la puerta de un sordo se puede llevar toda una vida llamando, y (Mariano) Rajoy ha demostrado falta de oído y de capacidad de escucha hacia este colectivo». Ante esta situación, Carbonell sólo propone «esperar a que este señor se levante de su silla».

El actor, que participó ayer en el curso de verano de la Universidad de Málaga «Mirando desde el sur: nuevas perspectivas del cine andaluz», afirmó que la pérdida del 60 por ciento de la taquilla en el primer trimestre de este año se debe a que «el Ministerio de Cultura no ha prestado ninguna atención a esta industria».

«En general, al poder nunca le ha interesado demasiado culturizar al pueblo; un pueblo culto es mucho más difícil de engañar, y el cine no suele interesarle a ningún gobierno. Ellos sabrán lo que hacen y supongo que lo pagarán en las urnas», dijo.

Carbonell abogó por el cine social «como fórmula para representar la realidad española y, sobre todo, contar las historias de la gente». Pero, además de defender el impulso de las creaciones audiovisuales independientes, el cómico apuesta por precios económicos para este tipo de cine en las taquillas. «Es incomprensible para una cadena de televisión impulsar películas de índole social, ya que las historias de la ciudadanía no interesan ni generan taquillazos y los grupos mediáticos financian mayoritariamente grandes producciones».

La situación del cine en España ha generado que muchos actores emigren o cambien de profesión, según el actor. Además, dijo, los problemas por los que atraviesa el sector se podrían solventar con una mayor unión entre los profesionales del colectivo. Carbonell se refirió a que la alianza entre los dramaturgos sólo se produce para apoyar cuestiones de índole global, como el fin de una guerra. Sin embargo, para el cómico, «eso sólo contribuye a estigmatizar al sector como un grupo que tiene una marcada ideología política y que sólo se mueve bajo estas cuestiones». Ante esta perspectiva, Carbonell afirmó que «hay cineastas de todas las opiniones políticas, y esa diversidad debe contribuir a su unión para la defensa de la profesión».