El Tribunal del Jurado de la Audiencia Provincial de Málaga ha condenado a dos años y medio a un cartero de Marbella por un delito de infidelidad en la custodia de documentos. El repartidor también ha sido sentenciado a ocho años de inhabilitación para empleo o cargo público y a pagar una fuerte multa de 16 meses a razón del pago diario de diez euros, según consta en la sentencia a la que tuvo acceso La Opinión de Málaga. El acusado no repartió las cartas y trató de quemar muchas de ellas en su casa. Se ha tenido en cuenta que consumía bebidas, drogas y que tiene un problema psiquiátrico.

Al fallo se llega con el acuerdo del cartero, su abogado defensor y la Fiscalía Provincial de Málaga, lo que le vale al encausado una considerable rebaja de la pena. Eso sí, tendrá que hacer frente a las costas generadas por el proceso judicial.

Según consta en el apartado de hechos probados del fallo, el encausado trabajaba como personal fijo de la Sociedad Estatal de Correos y Telégrafos, «siendo su cometido la clasificación y reparto del correo que le era asignado por distritos y secciones en Marbella».

Así, al menos desde el mes de agosto de 2013 y hasta enero de 2014, el procesado «no repartía el correo del que estaba encargado, que iba ocultando en su domicilio, ubicado en una conocida calle de Marbella, sin ser entregado a sus destinatarios», considera probado el Tribunal del Jurado tras prestar su conformidad el propio encausado.

El cartero realizaba estas acciones, siempre según los hechos probados de la sentencia, al estar afectado por un trastorno adaptativo de la personalidad, mal que se une a la ingestión de alcohol y sustancias tóxicas a lo largo del tiempo.

El 23 de enero de 2014, el cartero «procedió a quemar en su domicilio aquella correspondencia no repartida, hasta que fue sorprendido, sobre las 18.30 horas de dicho día».

Se pudieron recuperar 3.583 documentos de correspondencia, sin que pudiera cuantificarse el número de los que fueron quemados, subrayan los miembros del jurado en el fallo, notificado ayer mismo a las partes.

No es el primer cartero acusado de estos hechos. Sin ir más lejos, una cartera de Riogordo, acusada de tirar a un contenedor de basura las 241 cartas que debía repartir en el pueblo el 11 de marzo de 2013, fue sentenciada a mediados de junio pasado a dos años de prisión, a pagar una multa de 11 meses a razón del abono diario de diez euros y a tres años de inhabilitación para cargo público por un delito de infidelidad en la custodia de documentos.

La cartera, que ese día fue llamada a trabajar de forma puntual como durante años había sucedido, negó en el juicio haber cometido los hechos y defendió que ella era la más interesada en que no se perdiera la correspondencia, precisamente porque su objetivo era hacerse con el trabajo de forma definitiva. De cualquier manera, el jurado la consideró culpable del delito de infidelidad pero no por unanimidad, como suele ser habitual en este tipo de juicios, sino por siete votos a favor y dos en contra.

Fue contratada «en calidad de personal laboral e interina para que el 11 de marzo de 2013 sustituyera al empleado titular de la oficina que Correos tiene en el pueblo», consideró probado el jurado.