Marbella ha acogido hoy la presentación oficial de "Marbella Capital Cocteau", un proyecto cultural que pretende convertir a la figura del polifacético artista francés Jean Cocteau en lo que Picasso es para Málaga.

El codirector del proyecto, Alfredo Taján, ha manifestado que cree que Cocteau puede ser para Marbella un "producto cultural y económico muy cercano a lo que su amigo Picasso es hoy por hoy en Málaga: una marca, un reclamo, una imagen clavada en la retina de los viajeros ávidos de referencias".

Para el codirector de "Marbella Capital Cocteau", Óscar Carrascosa, con este proyecto pretenden contribuir "a reposicionar a Marbella en el mapa cultural como se merece", situándola al nivel de otras ciudades de la Ribera francesa vinculadas al artista, uno de los máximos exponentes de la cultura del siglo XX.

Carrascosa ha desgranado que el proyecto está articulado en torno a varios ejes: un aula desde donde se impulsará cursos, conciertos y otras actividades, una biblioteca, un programa de publicaciones y un apartado vinculado a las artes plásticas.

El programa contará en los próximos meses con un ciclo denominado "Cocteau español", otro taller sobre el artista como embajador de las vanguardias que se impartirá dentro de los Cursos de Verano de la Universidad de Málaga (UMA) y otra iniciativa más en el mes de agosto denominada "6 poetas para Cocteau".

Durante la presentación, la cónsul general de Francia en Sevilla, Veronique-Marie Juricic, ha recordado que Cocteau se instaló en Marbella en 1961 donde residió por largos periodos y manifestó su intención de fijar su residencia aquí antes de morir.

En la ciudad terminó dos de sus obras literarias: "Réquiem" y "Le cordon ombilical",además de producir una abundante obra en cerámica, dibujos y decoración de interiores.

Por su parte, el responsable de la Cátedra UNESCO, Bernardo Díaz Nosty, ha alabado el proyecto señalando que la iniciativa va a contribuir a la "descolonización de la memoria de Marbella".

Este impulso cultural puede "lavar", según Díaz Nosty, la "nefasta imagen cultural" que a él se le quedó grabada de Marbella de "un alcalde en una piscina rodeado de 'mamachichos'".