­Hosteleros y vecinos pugnan estos días por el uso público de la plaza de los Naranjo, donde se encuentra el Ayuntamiento de Marbella. De una parte defienden la plaza como espacio público de disfrute para residentes y turistas; de otra, el mantenimiento de la actividad económica de los negocios de restauración.

La polémica surge después de que el Ayuntamiento haya renovado el enchinado de la plaza, una actuación que comenzó en octubre y que ha concluido a finales de noviembre, con el reconocimiento de todas las partes sobre el resultado de los trabajos. Durante las obras, que han supuesto una inversión de 50.000 euros, los hosteleros no han podido montar las terrazas. Ya finalizadas, reclaman sus derechos.

Mesas versus personas

Entre los hosteleros hay división de opiniones. Los hay partidarios de dejar la plaza para el peatón, mantener la situación actual o generar un espacio mixto. José Manuel Rivera, del restaurante La Casa del Corregidor, lamenta que a día de hoy no pueda poner las mesas en la plaza, para lo que ha pagado un canon anual de ocupación de la vía pública.

«El Ayuntamiento no nos comunicó por escrito que teníamos que dejar la plaza, ni nos ha comunicado que podemos volver, pero tampoco nos han comunicado que no podamos instalar las terrazas de nuevo». Este hostelero afirma que la retirada de mesas causará un perjuicio tanto al negocio como a los proveedores: «Tengo una plantilla de trabajadores para una terraza determinada, si me reducen los días y la terraza, la mitad de mi plantilla va a la calle». Además, se preguntó por qué si sobran sillas «se deja espacio a empresarios que no son de la plaza ni tienen un restaurante siquiera».

No opina lo mismo Pedro Iborra, del Restaurante Mena, que ocupa una superficie con 40 mesas. Este hostelero se conforma con que le dejen mesas en la fachada y la línea alrededor de la plaza. Para Isabel Jiménez, empleada de la heladería La Española, habría que «reducir el número de mesas para que se vea la plaza».

Los colectivos vecinales y de comerciantes defienden la recuperación de la plaza de los Naranjos como espacio público. Es el caso de Marbella Activa, que ha elaborado una encuesta en su página web para que los ciudadanos opinen sobre la polémica, y en la que ya han participado unas 700 personas, según indicó su presidente, Javier Lima, quien considera este dato una muestra representativa de Marbella.

La Asociación de Comerciantes y Profesionales del Casco Antiguo quiere recuperar el uso social de la plaza, según su presidenta, Carola Herrero, quien apuesta por dejar libre el centro de la plaza y el paso a su alrededor. «La ciudad no es un negocio, es para vivir y hay que buscar siempre el equilibrio y la diversidad en los usos», dijo.

Por su parte, el equipo de gobierno entiende la reivindicación de vecinos y hosteleros, por lo que quiere dialogar con todas las partes antes de adoptar una solución basada en el consenso, y no descarta que la plaza quede libre, sin mesas, al menos un día a la semana.