La Agencia Pública de Puertos de Andalucía (APPA), dependiente de la Junta, revertió ayer la concesión del puerto Marina-La Bajadilla de Marbella, asumiendo la gestión directa, y restableciendo el servicio de marinería tras los reiterados incumplimientos del adjudicatario, el jeque catarí Al- Thani, según confirmaron fuentes regionales.

Representantes de la APPA acudieron ayer al recinto portuario para valorar la situación de «abandono y el grave incumplimiento en la prestación de los servicios básicos», afirmaron. Y es que ante los continuos impagos del jeque, la empresa que se encargaba de la limpieza y el mantenimiento dejó de prestar sus servicios, por lo que el recinto portuario ha estado sin servicio de marinería desde entonces.

No obstante, desde las 14 horas de ayer, la agencia tiene la gestión directa del puerto a través de la empresas que tiene contratadas para la gestión de este tipo de servicios en los puertos andaluces y la firma Expertus Multiservicios del Sur SL ejerce ya las labores de limpieza, mantenimiento y atención al usuario, de las que de momento se van a encargar tres trabajadores.

La empresa chequeó ayer las instalaciones para ver qué actuaciones son las más necesarias de ejecutar teniendo en cuenta que el recinto no contaba desde enero con servicio de marinería, por lo que se han comprobado los desperfectos, las zonas que necesitan de mayor limpieza o el estado de los amarres ante las previsiones de lluvia para este fin de semana.

La compañía contratada por la APPA presta servicios en otros municipios del litoral malagueño como Estepona, Caleta de Vélez o Fuengirola, y en algunos puertos de Cádiz y Huelva.

Según publicó hace unos días La Opinión de Málaga, la retirada del servicio de marinería o de auxiliar portuario estaba generando en los propietarios de las embarcaciones una intranquilidad y preocupación constantes debido a la falta de vigilancia del recinto.

A ello se suman los temporales que vienen produciéndose en los últimos meses, lo que ha generado que sean los propios navegantes los que han paliado los inconvenientes que han surgido tanto en los pantalanes como en las embarcaciones, que con la lluvia y el viento pueden sufrir golpes o inundaciones.

Los propietarios de las embarcaciones criticaban el hecho de que cualquiera podía acceder al puerto debido a que no había controles de seguridad ni ningún tipo de registro de entradas y salidas a lo largo de estos meses, y denunciaban la acumulación de basura y la falta de luz o agua en los pantalanes a pesar de pagar sus atraques.