El Centro de Educación Infantil y Primaria (CEIP) Hermanos Gil Muñiz está de enhorabuena y celebra su aniversario tras cinco décadas impartiendo clases en la ciudad, desde que abriera sus puertas el curso 1966-1967, siendo uno de los precursores de la enseñanza pública en Marbella.

Ello lo convierte en el centro de enseñanza «más emblemático y con más solera» de la ciudad, según su directora, Noemí Puche. El nombre del centro deriva de un pedagogo de la Universidad de Málaga. Pasado y presente se mezclan en los reformados pasillos del Gil Muñiz, por donde han pasado cientos de estudiantes, un centro de acogida por excelencia de aquellos que buscaban en la glamurosa Marbella mejorar sus condiciones de vida, según relató Rafael Romero, profesor de Educación Física del centro.

Se trataba de trabajadores que llegaron a la ciudad al albor de la incipiente industria turística en los años 60 y que poblaron las calles de Leganitos y años después la barriada de Miraflores, donde el acceso a la vivienda era más asequible. Hoy en día, inmigrantes procedentes de otros países, convierten al centro en «una pequeña familia en la que colaboramos los unos con los otros y donde hay niños de todo tipo de nacionalidades», explica Puche.

Por sus aulas han pasado personalidades locales como el alcalde de Marbella, José Bernal; el concejal del PP Félix Romero; el exvicepresidente y vocal de Cultura y Enseñanza de la Gestora, Francisco Javier Moreno; o destacados profesores como el presidente de la Peña flamenca Sierra Blanca, Juan Recio, o el exconcejal de IU Enrique Monterroso.

Su fisionomía no ha variado mucho y las fuentes consultadas recuerdan ya en los años 70 la existencia de los dos bloques que existen en la actualidad unidos por la consejería, formando una especie de Z invertida y encuadrada por dos patios, donde los escolares fueron segregados por sexo hasta los primeros años 70 (el bloque 1 para niños y el 2 para niñas). Desde entonces, con una altura de cuatro plantas, 16 aulas más los despachos componen las instalaciones.

Los grises años del franquismo impregnaron los comienzos del centro, donde se impartía la educación Primaria entonando el «Cara al sol» o cuadrando filas a la entrada al estilo militar, recuerda Francisco Javier Moreno, antiguo alumno desde1973, quien mantiene en su memoria «sensaciones encontradas» entre la calidad del profesorado y la dureza con la que se impartía la enseñanza. «Turnos doblados, niños apiñados, mesas que no cabían o una especie de discriminación social» distribuida por grupos A, B y C son recuerdos de Moreno, quien destaca la presencia de alumnos procedentes de las familias humildes del barrio alto.

La falta de colegios en Marbella y la demanda de plazas, ya que la Ley Básica de Educación de 1970 obligaba a la escolarización, provocó que el Gil Muñiz habilitara cinco clases en la calle Santo Domingo, en locales comerciales que eran alquilados por el Ayuntamiento, según cuenta Juan Recio, que ejerció como profesor en la década de los 70.

Esta situación fue cambiando con la democracia y la construcción de colegios. Ya en los años 90 con el boom de la construcción, el centro recibió una población inmigrante que se mantiene, una época que antiguos profesores recuerdan con cariño, como Inma Navarrete, que destaca el compañerismo durante los 18 años que ejerció desde 1998. Mientras, los actuales docentes pelean a diario por levantar la autoestima del centro bajo una metodología en la que no sólo trabajan las materias lectivas, sino las emociones de sus alumnos para formar a niños felices.