La empresaria concesionaria de la gestión del agua y el servicio de alcantarillado en Marbella, Hidralia, está redactando un Plan director de alcantarillado que servirá para planificar la ciudad de cara al futuro, de manera acorde a las necesidades urbanísticas y de desarrollo, con el objetivo de distinguir los puntos débiles y priorizar las actuaciones. La compañía espera tener el texto elaborado para final del año, y deberá someterlo al filtro de los técnicos municipales, según destacó el gerente de concesiones, Carlos Corral.

De momento, la empresa ha podido «conocer cuáles son las redes que existen» a través del Sistema de Información Geográfica, determinando que en el término municipal hay 820 kilómetros de redes, 20.000 elementos de captación de aguas pluviales y 30.000 pozos de registro.

Junto a ello se está elaborando un diagnóstico de estas infraestructuras, que están llegando al tope de su vida útil, calculado entre los 40 y 50 años. El envejecimiento de la red ocasiona «roturas, falta de estanquidad o la presencia de raíces que dificultan el paso del agua».

Además de la antigüedad, uno de los mayores problemas del saneamiento «es la falta de separatividad de las aguas pluviales y las negras», aquellas que proceden del agua de lluvia y de los sanitarios particulares respectivamente.

Si las redes están separadas, las primeras se canalizan para darle salida a los cauces públicos o al mar y las segundas son transportadas hasta el colector de la empresa pública Acosol, desde donde se dirigen a las depuradoras La Víbora (Marbella) y Guadalmansa (Estepona) para su tratamiento. En caso contrario, tanto las aguas negras como las pluviales van a la red de Acosol, lo que genera sobrecarga y posibles vertidos, explica Carlos Corral.

Por ello, Hidralia alerta de la necesidad de separar las redes, ya que en los cascos urbanos de Marbella y San Pedro el 80% son unitarias, mientras que en las urbanizaciones desciende hasta el 40% al ser construcciones más modernas.

Otra de las ventajas del Plan Director es la detección de los puntos negros, siendo las zonas bajas las que resultan más afectadas en un ciudad como Marbella, que presenta una oreografía con fuerte pendiente y donde el desarrollo se ha producido hacia el norte, conectando las redes con las ya existentes, donde las infraestructuras son más antiguas y se concentra mayor cantidad de agua.

Temporales

Los fuertes temporales de este invierno han dejado huella en las redes de saneamiento de Marbella, viéndose afectados los colectores de evacuación que discurren por los márgenes de los cauces de los ríos y arroyos, por lo que otra de las actuaciones prioritarias es «eliminar estas infraestructuras, principalmente de las urbanizaciones», resultando uno de los tramos más afectados el cauce del Arroyo Benabolá, que requiere de una actuación integral, explica el jefe del servicio de alcantarillado, Óscar Ruiz.

El experto añade que el temporal de diciembre ha arrancado tramos enteros de tubería y pozos de registro, por lo que Hidralia está redactando un proyecto para el encauzamiento del arroyo y ubicar «el colector detrás de un muro de defensa» para sacarlo fuera del cauce, de más de 1,5 kilómetros, un proyecto que ha de autorizar la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía.

Otros lugares afectados por los temporales han sido la desembocadura del río Guadaiza o el Arroyo Nagüeles, aunque la mayoría se han visto dañados. Así, la compañía ha invertido más de 80.000 euros en los daños causados por el temporal en pequeñas actuaciones, aseguró Ruiz.

Hidralia gestiona desde el año 2012 la red de alcantarillado del término municipal de Marbella a través de un modelo de gestión indirecta de concesión administrativa por 25 años, actuando en la red de alcantarillado en baja y de pluviales, con el compromiso de invertir un millón de euros al año. Desde el inicio del contrato, ya ha invertido más de 6,5 millones de euros en la mejora de infraestructuras hidráulicas en 12 actuaciones.

Entre sus funciones, está la limpieza y mantenimiento de las redes e imbornales o rejillas, y su desinsectación para evitar la proliferación de roedores y cucarachas, para lo que realiza tratamientos y de forma intensiva en abril y octubre, y el control de vertidos.

Llegados a este punto, el jefe del servicio de alcantarillado apela a la concienciación ciudadana para no tirar las toallitas a los sanitarios, ya que están compuestas de una fibra que no se desintegra, causando atranques y obstrucciones en las redes de saneamiento, así como evitar aceites, grasas o pinturas.