El estanco número 4 de San Pedro Alcántara, ubicado en la avenida de la Constitución, ha mostrado esta semana las técnicas tradicionales de enrollar un auténtico Habano con el fin de fomentar el conocimiento y la venta de estos exquisitos puros torcidos por una torcedora cubana, Dagneris Valdés, que muestra su arte estos días en la Costa del Sol.

En total son 15 provincias españolas las que recorrerá la artista cubana para mostrar sus habilidades liando auténticos Habanos con los que los estancos obsequiarán a sus clientes más fieles en una iniciativa impulsada por Tabacalera para dar a conocer esta técnica milenaria. «Es una manera de que la gente vea cómo se hace el puro, que se hace a mano y no tiene ninguna técnica ni ningún aditivo, solamente hoja de tabaco y las manos de la artista», detalló la propietaria del establecimiento, Rosa María Gutiérrez, uno de los dos que cuenta en la Costa del Sol con el título de especialista que concede a nivel nacional la empresa Habanos S.A., pudiéndose encontrar en su despensa 330 referencias distintas de Habanos y otras 200 procedentes de República Dominicana y Nicaragua.

Torcido

La técnica del torcido es milenaria de Cuba, cuya tierra y clima húmedo dan a los puros un sabor y aroma inigualables que hacen de estos cigarros un obsequio de lujo. La fertilidad y las características de los suelos cubanos dan el sabor peculiar a las hojas del tabaco con las que se producen los Habanos, cuyas plantas se cultivan a pleno sol en las vegas de pinar de los ríos.

Varios tipos de hojas componen el puro, como son el capote, el seco, el volado y el ligero y, según la ligazón de cada uno de ellos, surgen unos puros u otros, según explicó la torcedora Dagneris Valdés, que lleva 19 años torciendo puros Cohiba para la empresa H.Upmann.

El capote es la hoja de la planta de tabaco que sirve para envolver la tripa o el interior del puro, «que se compone de tres hojas y media»: El seco es el tipo de hoja de la parte media-inferior de la planta y «da la fortaleza al tabaco, la combustión y la fuerza», destacó la experta.

El volado es otro tipo de hoja que nace en la parte inferior de la planta y «le da aroma y fuerza al tabaco», mientras que el ligero le da más fuerza, una hoja que nace en la parte superior de la mata y la que más sol recibe. «Es la que más fuerza proporciona, fortaleza y fuerza al tabaco. Es la hoja más fuerte», aseguró.

Durante el proceso de torcido del puro Habano estas hojas se ligan en cantidades distintas y se sacan distintos cigarros según la categoría o las marcas. «La intensidad de cada cigarro depende de la hoja que se utilice para su torcido», caracterizándose la fábrica H. Upmann por producir tabacos de medio a suave, indicó la torcedora.

Una vez torcidas o enrolladas las distintas hojas, se cierra el puro con un círculo de hoja que se hace con un casquillo, pegándose el cigarro con una resina natural preparada con agua que sirve tanto para la industria alimentaria como para la tabacalera, y su posterior prensado para alisar el puro, una técnica para la que se necesita «paciencia y mucho amor».