Marbella otra vez en el punto de mira y con asuntos muy turbios sobre la mesa. La presencia de guardias civiles en el estadio municipal de fútbol, a la espera de recibir órdenes para el registro de las oficinas del Marbella FC, abrió este martes informativos en medio mundo. La operación desplegada a primera hora de la mañana partía de la investigación desarrollada durante estos últimos años, por parte de la Fiscalía Anticorrupción, ante el presunto blanqueo de más de 30 millones de euros procedentes de la mafia rusa.

Se sucedieron las detenciones de hasta 11 personas vinculadas a una supuesta trama que incluiría a responsables del propio Marbella FC, la empresa Aguas de la Sierra de Mijas o incluso el Club de Golf Dama de Noche de la Costa del Sol. La Audiencia Nacional indicó que el Juzgado de Instrucción número1 de Marbella es el que se ha hecho cargo de estas diligencias.

También trascendió, pese al secreto de las diligencias policiales, que entre los detenidos se encontraban el magnate ruso Alexander Grinberg, presidente y principal accionista del Marbella FC desde hace casi un lustro, o el presunto capo de la organización mafiosa Solntsevskaya Bratva, su compatriota Arnold Arnoldovich Tamm. El operativo policial se extendió a la vivienda de Grinberg, situada en la zona de Bahía de Marbella, el término municipal de Mijas, o el propio estadio municipal, a cuyo interior accedieron los agentes al filo de las tres de la tarde.

Los empleados del club de fútbol marbellí, que milita en Segunda B y que el pasado año fue uno de los firmes candidatos a ascender a Segunda División, fueron los primeros sorprendidos ante el amplísimo despliegue policial que se produjo en pocas horas. «La mayoría hemos esperado en la cafetería que hay frente a las oficinas a que la Guardia Civil, después de custodiar las dependencias, entrara a registrarlas. La incertidumbre durante toda la mañana os la podéis imaginar», confesaba ayer uno de estos testigos directos del operativo en el corazón de la ciudad costasoleña.

Grinberg aún no ha alcanzado una década de estancia en Marbella. Al principio compaginaba periodos de seis meses en tierras rusas y otros seis en la Costa del Sol, como relataba hace cuatro veranos a este periódico. Nunca llegó a ocultar que el fútbol actual no entendía de sentimentalismos: «Esto es un negocio, que nadie piense lo contrario. Como cualquier negocio, nunca puedas estar seguro al 100% de que no te ocurra lo que haya pasado a otros equipos», manifestaba.

El dispositivo de ayer sorprendió por su magnitud, pero no causó la misma sorpresa entre algunos compatriotas de Grinberg. Ya vivieron las instrucciones del juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno en agosto pasado, cuando ordenó la prisión provisional de otro capo ruso, Vyacheslav Gulevich, después de ser detenido en Mijas al ser el presunto cerebro de una organización que se dedicaba al tráfico de drogas en Estonia.

Arnold Arnoldovich Tamm, detenido ayer al igual que Grinberg, estaría vinculado según las primeras informaciones que han trascendido sobre la operación a Semion Mogilevich, una de las diez personas más buscadas por el FBI e Interpol al ser uno de los principales jefes de crimen organizado de países del Este a nivel mundial.

Según fuentes próximas a la investigación, a los detenidos ayer se les imputan «delitos de blanqueo y pertenencia a banda criminal, ya que se sospecha que lavaban dinero en España perteneciente de las actividades ilegales de la mafia rusa».

La organización fundada en el año 1980 y conocida como Solntsevskaya Bratva ha tenido vínculos con distintos territorios turísticos en España durante años. Esta vertiente de la mafia rusa tendría relación con los detenidos en 2013 en la localidad catalana de Lloret de Mar. En aquella operación, denominada Clotilde, fue arrestado Andrei Petrov y el exalcalde de Lloret y diputado de CiU Xavier Crespo. Solntsevskaya es un barrio de moscú ante el que responde desde hace tres décadas y media el principal grupo mafioso de Rusia.

Las autoridades internacionales consideran que tiene más de 9.000 miembros dedicados al tráfico de drogas y de personas, entre otras prácticas delictivas. Con el paso de los años sus acciones se han extendido a Estados Unidos y Latinoamérica, donde han podido ser arrestados, mediante la colaboración entre las policías de los distintos países, algunos de sus miembros con mayor capacidad operativa.