­Carmen Agüera ha recogido en 2017 un premio que empezó a ganar hace 17 años. En el 2000, comenzó a impulsar los protocolos sobre la violencia de género y los malos tratos del Hospital Comarcal Costa del Sol, centro en el que trabaja desde hace 24 años. Desde entonces, lidera la creación de las guías de actuación de Violencia de género y maltrato a menores y ancianos de la Agencia Sanitaria Costa del Sol y de la Agencia Alto Guadalquivir. También preside la Comisión de Violencia de la Agencia Sanitaria Costa del Sol desde hace ocho años y coordina el Protocolo Andaluz de Actuación Sanitaria desde el ámbito de la Urgencia ante la Violencia de Género, la formación en Violencia de Género a profesionales de la salud en Málaga y grupos de trabajo para la implantación del Protocolo de Coordinación en la Atención a Agresiones Sexuales y Sumisión Química en la provincia.

¿Qué supone para una persona que ha desarrollado tal labor recibir el Premio Menina?

Una inmensa alegría y un honor. No sólo es un reconocimiento para mi, sino también para todas aquellas personas que trabajan conmigo. Y, como siempre digo, también es un reconocimiento para todas las mujeres. Ellas son las verdaderas heroínas de toda esta lucha. Con este premio, vemos plasmado todo el esfuerzo que llevamos realizando durante todos estos años para conseguir detectar el mayor número de casos de mujeres en situación de violencia y ayudarles a salir de esa situación.

¿Cómo surgió su interés?

Veíamos que hacía falta un protocolo. Dentro de una de las acreditaciones de calidad del hospital se requería un protocolo de género del que carecía. Tampoco había ninguno en España en esa época. Tuvimos que recurrir a bibliografía extranjera, fundamentalmente de EE.UU. A partir de ahí elaboramos nuestros primeros protocolos, que fueron un poco torpes porque no sabíamos por dónde movernos. Trabajamos con el modus operandi de cualquier otra enfermedad, que es buscar unos ítems. Pero aquí hay indicadores que nos ayudan a orientarnos, como emociones o comportamientos, pero no hay ítems claros.

¿Cómo ha evolucionado la concienciación de la sociedad sobre las agresiones sexuales y la violencia de género?

Es una evolución buena, pero lenta. Se han avanzado en muchos aspectos. Cuando comenzamos a trabajar no teníamos si quiera una ley. La ley apareció en el 2004. Hasta entonces teníamos que recurrir al Código Penal con los artículos que incluía. Hablaban de maltrato en general, pero no especificaba la violencia de género, con lo que era bastante difícil que se contemplaran todas las particularidades que tiene la violencia de género.

¿Cuáles son las particularidades de la violencia de género?

Que las mujeres viven en una situación de aislamiento y de control severo durante muchísimos años, lo que les daña la autoestima y hacen que pierda la capacidad de defenderse. Además, hay muchas emociones por medio. Para entender la violencia de género hay que saber muy bien de dónde parte, de la desigualdad. Cuando estemos en un mundo sin desigualdad, probablemente la violencia de género habrá desaparecido.

¿Y cómo se logra esa meta?

Ahora nos encontramos en la fase del castigo al agresor. Lo que tenemos que pretender es que las personas se eduquen en igualdad y que nunca haya hombres dominantes, que es lo que se ha favorecido con la cultura patriarcal en la que nos hemos criado y educado.

¿Se está trabajando en esa dirección en las escuelas?

Sí, pero no todo lo que deberíamos. Ya hay concienciación de que hay que cambiar la educación y por ahí se comienza. Con el tiempo se irán adoptando las medidas y prácticas adecuadas para ello.

Usted y el hospital en el que trabaja han recibido diferentes premios por su labor, lo que contrasta con la carencia de los equipamientos sanitarios en Marbella y la polémica de la ampliación del hospital ¿Qué opinión le merece?

Yo estoy muy orgullosa de la sanidad pública. Es bastante buena. También estoy orgullosa del hospital en el que trabajo porque está muy comprometido con la igualdad y la violencia de género, que es el campo en el que más me desenvuelvo. Pero por supuesto que la sanidad es mejorable, como todo. Cuantas más cosas tengamos, mejor podremos trabajar y atender a la población.