Miles de niños salieron ayer a las calles de Marbella para recibir a los Reyes Magos horas antes de que repartieran los regalos en los hogares del municipio. El tiempo respetó el día grande de sus Majestades de Oriente y ni las precipitaciones ni las fuertes rachas de viento que el jueves había pronosticado la Agencia Estatal de Meteorología en Málaga hicieron acto de presencia. Los únicos paraguas que se vieron durante las cerca de dos horas que duró el desfile fueron los que utilizaron boca arriba los niños para recoger caramelos y la única lluvia, la de las golosinas que caían desde las 15 carrozas y el trenecito que componían la comitiva. Incluso la nieve la puso un camión de bomberos que abría la Cabalgata.

Los Reyes Magos, que cerraban el desfile, fueron los personajes más aclamados por los niños que invadían ambas aceras de la avenida Ricardo Soriano, la principal artería del municipio.

Los pajes de Sus Majestades se afanaron durante los cerca de dos kilómetros de recorrido de Cabalgata para atender la demanda de caramelos que les llegaba a voz en gritos de los más pequeños.

Delante de ellos, la Banda de Música de La Pollinica, cuyos temas eran coreados por el público, y personajes de animación como los Minions, los Pitufos con Pitufina, Mickey Mouse y Minnie, el Pato Donald y Daisy y un espectáculo de naves espaciales y astronautas anunciaban la llegada de los Reyes.

Carteros de correos repartían caramelos y recogían las últimas cartas a los Reyes de los niños de Marbella mientras un grupo de carboneros repartía carbón entre el público. Incluso un grupo de Papás Noel cambiaron por unas horas el frío de Laponia por el clima más moderado de Marbella y, equipados con motocicletas de la Policía Local, contribuyeron a velar por la seguridad del recorrido.

Por la mañana, los Reyes Magos repartieron ilusión, regalos y caramelos a los menores ingresados en el Hospital Costa del Sol y la clínica Quirón, y que no pudieron acudir a la Cabalgata. También acudieron a la residencia de Aspandem, una asociación que cuida de las personas con discapacidad, en San Pedro, adonde llegaron en coches de época. Tras las visitas que realizaron por la mañana y la Cabalgata que protagonizaron por la tarde, sus Majestades se retiraron a recuperar fuerzas para repartir los regalos por la noche. Lo hicieron en el Castillo, donde el jueves instalaron sus aposentos tras adelantar su llegada a Marbella. Este año por primera vez, los Reyes Magos llegaron a la ciudad el día antes de la Cabalgata para organizar su agenda.

Llegaron a Marbella a bordo de un catamarán que les dejó en el Puerto Deportivo Virgen del Carmen. Ahí, unos coches de época les estaban esperando para trasladarles al Casco Antiguo e iniciar el Gran Cortejo Real para llevar cofres que contenían ofrendas de oro, incienso y mirra hasta la plaza de la Iglesia, custodiados por porteadores, abanderados y guardias reales y recibir las llaves de la ciudad que utilizaron anoche para acceder a las viviendas del municipio y depositar los regalos.

Los embajadores de los Reyes Magos han sido este año el presidente de la Agrupación de Cofradías, Francisco Gil, el representante del colectivo Detente y Ayuda, Víctor Mejías, y el jugador de baloncesto del equipo local Pape Sow.