­Miriam Herrera adquirió conciencia de las desigualdades laborales entre hombres y mujeres en primera persona en su propio trabajo. La presidenta de REM, arquitecto de profesión, señala que, en una obra, la mayor parte de los cargos lo desempeñan hombres, como el de constructor, oficiales, direcciones técnicas o jefatura de obras. Tras un contratiempo en unos trabajos de construcción, Herrera, responsable de la dirección de una obra, se vio desacreditada por un aparejador, que era un hombre: «Me dijo que me callara. Entonces no lo entendí, pero con el paso del tiempo me di cuenta de que es una situación dura para cualquier mujer».

¿Por qué cree que este año ha logrado tanta notoriedad la brecha salarial entre hombres y mujeres?

Cada día somos más las mujeres que reivindicamos la igualdad salarial. También lo hacen los hombres ya que la brecha salarial nos perjudica a todos. Además, ha sido muy importante el movimiento político y la relevancia que ha alcanzado este problema en campañas electorales anteriores que hoy dan sus frutos

¿Dónde está el origen de la brecha salarial?

En los roles sociales establecidos para hombres y mujeres. Es difícil para una mujer alcanzar puestos de mayor relevancia o responsabilidad. Son puestos que conllevan una mejor remuneración. La sociedad está pensada en masculino, lo que impide avanzar a las mujeres. Estos roles están enraizados en las familias, lo que hace que los niños los aprendan en casa. A partir de ahí, todo se hace mucho más difícil.

¿Cuáles son las medidas para hacer frente a esa situación?

La educación es fundamental. Los colegios tienen que empezar a educar a niños y niñas en igualdad. No entienden la desigualdad porque crecen en una sociedad que está así organizada. También hay que educar en casa dando ejemplo por parte de los mayores. Desde el ámbito político se tiene que hacer más con leyes que ayuden a la igualdad.

¿Las empresas que quieran formar parte de REM tienen que cumplir algún requisito en materia de igualdad?

No ponemos ese tipo de requisitos porque entendemos que la mayoría de las empresas, cuando llegan a la asociación, no conocen si quiera cuál es esa situación. El único requisito para entrar es ser mujer emprendedora, tener un año de experiencia y compartir la filosofía que tenemos en la asociación, basada en la confianza y el apoyo mutuo. La formación en materia de igualdad la da la asociación y la Business Professional Women (BPW, la primer asociación internacional de mujeres, que nació en 1930 en Londres y de la que forma parte Hillary Clinton).

¿Un emprendedor puede formar parte de REM? ¿Hay empresarios en la asociación?

Tenemos cinco emprendedores. Nosotras nos hemos unido en asociación para apoyarnos, pero no queremos una sociedad sin hombres, ni podríamos hacer gran parte del trabajo si ellos no nos escuchan. Somos la primera asociación de la BPW en España que recoge la figura del socio colaborador. Este socio colaborador tiene una cuota mucho más reducida que las socias y tiene acceso a todas las actividades menos a los networking. Además, nuestros clientes son hombres, al igual que son mujeres.

¿Cómo nació REM en Marbella?

Un grupo de mujeres que comenzaban sus negocios se encontraban desamparadas por que, en el mundo de la empresa, el hombre apoya al hombre, de forma inconsciente. Se daban cuenta de que, al contratar servicios, los hombres contratan a hombres sin darte cuenta y esas mujeres tenían dificultades para entrar en el mercado.

¿Cómo afronta REM el 2018?

Principalmente somos una asociación que nacimos para hacer networking. Hacemos tres reuniones al mes, una en Marbella, otra en el Campo de Gibraltar (Cádiz), y la tercera en Estepona. Cada año celebramos diferentes eventos de especial relevancia, como el Equal Pay Day (el Día Para la Igualdad Salarial que la asociación ha celebrado esta semana en Marbella y ha estado dedicado a la mujer en el mundo de la Ciencia). El 8 de marzo, el Día de la Mujer, hacemos una comida y contamos con una ponente de relevancia. Este año lo dedicaremos a la mujer en el mundo rural.

¿Cuál es la situación de la mujer en el mundo de la ciencia?

En las carreras científicas hay por igual el mismo número de hombres que de mujeres, pero a estas últimas les cuesta mucho realizarse y desarrollarse como profesional. Todavía la ciencia es un mundo de hombres y esa concepción está en la sociedad. En carreras como las ingenierías aeronáuticas, industriales o navegación, el papel de la mujer es mínimo. En 2017 le dimos un premio especial a la ingeniera aeroespacial y doctora en la Universidad de Sevilla, Ángeles Martín.

¿Por qué?

Porque cuando despidieron a sus compañeros profesores asociados en la Universidad durante la crisis, alquiló con su sueldo una nave y les dio trabajo. Ahora se han convertido en una empresa de relevancia, que se llama Skyline, que vende piezas para los aviones Airbus. Martín ha conseguido que el número de mujeres matriculadas en la Escuela de Ingeniería de Sevilla haya pasado de un 8% a más de un 60%.